Pedrín: El Fainero que se Transformó en Leyenda del Boca
Publicado: 08 / 09 /2025Nacido en la década del ’40, en el epicentro del auge de los radioteatros, Pedrín, el fainero se convirtió en un ícono xeneize que resuena hasta hoy en las tribunas, en banderas y en la memoria colectiva. Su historia no es solo la de un personaje de ficción, sino la de cómo un simple pizzero se transformó en un mito viviente.
Su imagen es fácilmente reconocible: cabello alborotado, bigotes espeso, pizza en mano, camiseta azul y oro —inmortal—, y una sonrisa que perdura, sin importar el resultado de los partidos o las penurias económicas. Pedrín, un tano inmigrante, surgió en “La gran pensión El campeonato”, un radioteatro que se emitía por Radio Belgrano en los ’40, una época en que la radio era el alma de las conversaciones argentinas y la televisión un sueño distante.
La narrativa se desarrollaba en torno a una pensión donde cada inquilino representaba a un club futbolístico que luchaba por el corazón de la hija de la dueña, conocida como “Miss Campeonato”. El representante de Boca Juniors fue Pedrín: un pizzero, trabajador incansable, robusto, simpático y siempre optimista, incluso frente a las adversidades. Su devoción por Boca Juniors lo compensaba todo. Encarnaba al hincha común, a ese obrero de barrio que ferverosamente desbordaba amor por sus colores.
La conexión popular fue instantánea. La suerte llegó: entre 1943 y 1944, Boca rompió el dominio de “La Máquina” de River y se coronó bicampeón del fútbol argentino. La ficción se convirtió, así, en reflejo de la exuberante alegría popular que acompañaba esos títulos. Pedrín, bajo la magistral interpretación de Félix Mutarelli, conquistó a “Miss Campeonato”, personificada por actrices como Cheché March, Hilda Viñas, Herminia Franco, o Carmen Vallejos, entre otras. La historia de Pedrín se entrelazó con la historia del fútbol argentino.
A medida que los años pasaron, Pedrín dejó de ser solo un sonido en la radio. Se transformó en imagen en banderas, muñecos y hasta en hinchas disfrazados en la Bombonera, luciendo pelucas, bigotes postizos y pizzas de juguete. Su presencia se hacía indiscutible en cada celebración, donde con frecuencia aparecía con una “novia”, un trofeo simbólico de conquista.
Sin haber pateado una pelota en su vida, Pedrín se asentó en el folklore xeneize. Representa la lealtad, la euforia, y la tenacidad de una hinchada que vive a Boca Juniors como un modo de vida. Su legado no se mide por estadísticas o trofeos, sino por cada bandera que ondea, en cada grito de gol, y en el corazón de aquellos que lo consideran uno de los suyos.
Pedrín, el fainero, es mucho más que un personaje de ficción: es un eterno campeón de la pasión popular.
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