Partidazo en Victoria: Tigre y Barracas empatan 2 a 2.

Más allá de los nombres y las posiciones, cada punto en este campeonato tiene un peso descomunal. En el tenso ocaso de la fase de grupos del Clausura, Tigre y Barracas se encontraron, con ambas escuadras aferradas a la misma cantidad de puntos y colisionando en busca de un acceso preciado a la zona de playoffs.

El partido, dividido como la marea de un juego intenso, tuvo su primer gran polémica en un coqueteo desafortunado con el VAR. Un foul evidente de Kevin Jappert sobre Nacho Russo, se fue sin sanción por parte de Baliño, quien ignoró el clamor de justicia.

Ocho minutos después, Candia, en un momento de lucidez, alineó su cabeza con el balón y, de un gotero, abrió el marcador para los dirigidos por Rubén Darío Insua. Sin embargo, la agresividad se plasmó en el césped, y Elías Cabrera fue a la calle tras un brutal planchazo, con el VAR, esta vez, sumándose a la controversia.

El segundo tiempo fue un desorden, un balde de frustraciones en un campo dispuesto a castigar. Tigre, en su incansable búsqueda, encontró el gol del empate a través de un destello de Nacho Russo, quien supo aprovechar un córner. Sin embargo, la fiesta se convirtió en luto cuando Rosané habilitó a Morales, que, con astucia, volvió a dar ventaja a Barracas.

Cuando parecía que la noche traería un amargo final para Tigre, un largo centro se enredó con el destino, y Sebastián Medina emergió como un salvador, igualando el partido en el último suspiro.

Este valioso punto en la bolsa de Tigre es más que un mero número: se siente como una victoria en medio de la contienda perdida. Barracas, tras sudar frío, asegura su posición en playoffs, pero a costa de dejar escapar un triunfo que estaba casi en sus manos. Con este empate, ambos clubes cierran la puerta al ingreso de Boca entre los primeros ocho.