Una gran cantidad de cardenales que asistieron a la misa de luto en la emblemática Plaza de San Pedro, hicieron sentir su presencia en la Basílica de Santa María la Mayor por la tarde. Su propósito: rendir homenaje al difunto Papa Francisco y rezar ante su tumba, donde fue sepultado ayer.

El Vaticano ha confirmado que más de treinta mil personas ya han ingresado en la Basílica para despedirse del argentino Jorge Bergoglio, rezando frente a su sepultura. Las puertas de la Basílica permanecerán abiertas para los fieles hasta las 22:00 horas locales.

El foco de atención ahora se centra en las decisiones previas al Cónclave, programadas entre el 5 y 6 de mayo. Los cardenales aspiran a conocerse mejor, ya que los 133 convocados a votar provienen de distintas partes del mundo. Esto será crucial, ya que una vez en la Capilla Sixtina, las oportunidades para debatir serán limitadas.

Los cardenales recuerdan una célebre anécdota del 9 de marzo de 2013. Tres días antes del Cónclave, uno de ellos se levantó y habló. Lo que dijo impactó a todos: habló sobre la Iglesia y los cambios necesarios, dejando la sala en silencio.

Jorge Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, presentó su visión con sencillez y autoridad. Su discurso cautivó a la mayoría, llevándolo a ser elegido Papa. El cardenal Jaime Ortega, de Cuba, describió sus palabras como “sensacionales” y pidió los apuntes que Bergoglio usó mientras hablaba.

Bergoglio instó a la Iglesia a “salir hacia las periferias”, tanto geográficas como existenciales, en un discurso que era claro y directo.

Mañana habrá una nueva congregación de cardenales que deberán discutir la participación de Angelo Becchiu, implicado en un escándalo financiero que sacudió a la Iglesia.

Becchiu argumenta que su derecho a participar en el Cónclave sigue vigente, pero el Papa ha expresado lo contrario. Los cardenales podrían decidir si permitirán o no su participación.

Este desafío es solo el primero para los cardenales, de los cuales 108 fueron elegidos por Francisco.

Las fuerzas dentro del Cónclave se dividen entre conservadores y progresistas. Los progresistas parecen tener una ventaja inicial con una mayoría calificada de dos tercios.

Si no se logra un consenso en 33 votaciones, la Iglesia podría enfrentar una grave crisis.

Los nombres favoritos entre los progresistas incluyen a Matteo Zuppi, conocido como “Francisco II”, y Luis Antonio Tagle, apodado “El Francisco asiático”. Pietro Parolin, figura moderada, también podría surgir como un candidato de consenso.

Los conservadores, sin figuras destacadas, observan con expectativa. El húngaro Peter Herdo es de quien más se habla.

Los veteranos creen que la elección del nuevo Papa no tardará mucho. ¿Quién llevará la antorcha de Francisco? El mundo está atento.