Corinthians fuera de la Libertadores: ¿quiénes festejan y quiénes pueden sufrir en la Sudamericana?

Barcelona de Ecuador se erigió como el gigante que detuvo el paso del Corinthians en la Copa Libertadores de América, dejando a los dirigidos por Ramón Díaz al borde del abismo y obligándolos a conformarse con la irrisoria Copa Sudamericana. A pesar de caer 2-0 en el estadio Neo Química Arena, la épica victoria por 3-0 en la ida fue suficiente para que el equipo ecuatoriano avanzara a la fase de grupos, mientras el Timao se quedó sin su sueño continental.

El equipo ecuatoriano, al borde del abismo tras la expulsión de Leonai Souza y jugando con diez hombres durante una buena parte del segundo tiempo, demostró una tenacidad digna de los grandes. La ley del ex se hizo presente cuando Félix Torres, a los 39 minutos del primer tiempo, se elevó para colocar un golpe de cabeza que reavivó las esperanzas del Corinthians. Sin embargo, el lado ecuatoriano se aferró a su ventaja, cerrando filas y resistiendo hasta el final, avanzando así a una nueva etapa de la competición que prometería enfrentar a gigantes como River, Racing o Estudiantes en el bombo 4.

Corinthians, el “cupo” que jugará la Copa Sudamericana

La eliminación del conjunto carioca, entrenado por un Ramón Díaz que ha comenzado a ver cuestionada su continuidad, alivió a los rivales argentinos que esperaban evitarlo en la fase de grupos de la Libertadores. Mientras el Corinthians se prepara para la Copa Sudamericana, un certamen donde el año pasado alcanzó las semifinales, el aire que respiran los equipos argentinos es denso, pero menos apremiante. Argentina, que estará representada en la Sudamericana por los emblemáticos Independiente, Huracán, Lanús, Unión, Defensa y Justicia y Godoy Cruz, sabe que el Timao volverá a ser un rival en busca del renacer, en una competencia que ha cobrado cada vez más relevancia en el continente.

En resumidas cuentas, Barcelona de Ecuador ha solidificado su papel en la Libertadores, y la eliminación de Ramón Díaz podría ser un canto de sirena que remueva los cimientos en el vestuario del Timão y en la afición brasileña. Un claro recordatorio de que en este deporte, el que se duerme, se queda afuera.

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