De homenaje a Vargas Llosa a una noche de música árabe

En un evento que combina cultura y diversidad, celebramos un tributo al gran escritor Vargas Llosa, seguido de una noche de puertas abiertas donde la música árabe será la protagonista. ¡Una mezcla de emociones y ritmos para disfrutar!

Publicado: 28 / 04 /2025

En el pulsante primer sábado de la edición 2025 de la Feria del Libro de Buenos Aires, la Noche de la Feria se desplegó en un espectáculo que celebra la diversidad cultural, donde la literatura se entrelaza con el ritmo de la vida. Con acceso gratuito desde las 20 horas, el recinto ferial de la Rural se vio desbordado por un mar de gente que, entre charlas y bailes, disfrutaba hasta la medianoche. La especial participación de Riad, ciudad invitada, elevó el evento con danzas y melodías árabes, mientras un show de ópera queer resonaba en el Pabellón Ocre, homenajeando a la icónica María Elena Walsh y a la cautivadora película Wicked. Cuando cerramos esta edición, la multitud seguía fluyendo hacia el interior, ávida de cultura.

Álvaro Vargas Llosa y Patricia Llosa, en la presentación de la biografía del Premio NobelAlejandro Guyot – LA NACION

Desde temprano, antes de abrir los molinetes, la feria palpitaba de actividad. A las 16 horas, dos de las voces más prominentes de la literatura hispanoamericana se daban cita: Arturo Pérez-Reverte y el peruano Pedro Cateriano, quienes estuvieron acompañados por dos figuras emblemáticas: Álvaro y Patricia, hijo y viuda de Mario Vargas Llosa. El espíritu del Nobel se hizo presente cuando, al inicio del acto, se pidió un minuto de silencio en su honor.

Pedro Cateriano presentó su biografía de Vargas Llosa, junto con Alberto Benegas LynchAlejandro Guyot – LA NACION

En la sala Carlos Gorostiza, Cateriano presentó su libro Vargas Llosa, su otra gran pasión (Planeta, $27.900), distanciándose del enfoque exclusivamente literario para indagar en el laberinto político del autor de Conversación en La Catedral. “Realizó una especie de tarea detectivesca”, comentó el economista Alberto Benegas Lynch, quien destacó la honestidad intelectual y la defensa inquebrantable de la libertad que caracterizaron al Nobel. Cateriano remarcó que, aunque su reconocimiento proviene del ámbito literario, su compromiso político fue igual de significativo, un camino labrado con honestidad y fervor.

Benegas Lynch recordó una frase que resonó tras la derrota electoral de Vargas Llosa en 1990: “Mejor que perdió las elecciones, pues de otro modo habríamos perdido la pluma extraordinaria de Vargas Llosa”. Un eco que subraya la complejidad y la grandeza de un hombre que danzó entre palabras y políticas, entre literatura y libertades.

En el stand de Riad hay música tradicional y baileAlejandro Guyot

Cerca del stand de Riad, en el Pabellón Amarillo, los vibrantes tambores árabes marcaban el pulso de la feria. En un guiño a la cultura argentina, Benegas Lynch bromeó: “Debe haber peronistas por acá”. La riqueza de la cultura árabe se entrelazaba con la tradición nacional en un difícil equilibrio en el jardín de encuentros literarios.

Megan Maxwell y Sandra Miró, en la sala Hernández, la más grande de la RuralAlejandro Guyot – LA NACION

Y no solo eso; las voces femeninas resplandecieron también en el evento. La afamada escritora Megan Maxwell, un fenómeno literario desde Madrid, firmó ejemplares de su saga tan esperada, Las guerreras Maxwell, en un mar de lectores impacientes que la seguían como sombras, expectantes ante su carisma arrollador.

Fans de Megan Maxwell coparon la sala Hernández en el primer sábado de la FeriaAlejandro Guyot

Una larga fila de mujeres jóvenes se extendía por la sala Hernández, donde la energía femenina se sentía palpablemente. En un guiño a la cultura, una bandera argentina ondeaba entre los asistentes, con la inscripción “Guerreras de Maxwell”, emblema de una atención que trasciende las páginas de sus libros.

A las 20 se levantaron los molinetes para el ingreso gratuito a la Noche de la FeriaValeria Rotman – LA NACION

A las 20 horas, el bullicio en la puerta de la feria alcanzó un clímax. Filas interminables de personas se alineaban en ambas entradas, una clara declaración de que la literatura sigue siendo el refugio y el aliento de una sociedad en constante búsqueda de conectar con sus raíces.

Apertura de molinetes en la Noche de la FeriaValeria Rotman – LA NACION

La musicalidad de Riad inundó la sala José Hernández, fusionando ritmos árabes con el folklore argentino. Mientras tanto, en el stand del Pabellón Amarillo, los asistentes podían vestirse con trajes tradicionales, evocando la magia del Mundial de Qatar, además de disfrutar de café dorado, un elixir que despertaba los sentidos.

La hora de los tambores, en el stand de RiadAlejandro Guyot – LA NACION
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