Dólar blue en la City: precios variados y más miradas que operaciones
Publicado: 15 / 04 /2025
En la calle Florida, epicentro de la economía informal argentina, el caos del mercado cambiario se despliega como un espectáculo bajo el sol. Tres mochileros conversan en francés, una pareja se desliza al ritmo del tango, y una familia uruguaya celebra con el escudo de Peñarol. Sin embargo, en medio de este vibrante crisol de culturas, a lo largo de la peatonal, el verdadero idioma que se escucha es el del dólar, ese que tiene el poder de alzar un país o sumergirlo más en la incertidumbre.
Dato relevante 1: Después de que el gobierno decidiera liberar el mercado cambiario, la cotización del dólar oficial establecería un rango de entre 1.000 y 1.400 pesos, generando expectativas que tanto especuladores como ciudadanos de a pie aguardaban. La promesa de libertad económica parecía un canto de sirena, pero ¿qué es lo que realmente se cocía en las calles?
“No hay precio aún”, dice un “arbolito” a Infobae, con la voz entrecortada por la ansiedad. Mario, el “arbolito” de toda la vida en el Microcentro, sintetiza la atmósfera de incertidumbre en la cual las pizarras apagadas de los bancos contrastan con el bullicio de los compradores que clavan su mirada en cada rincón al acecho de la cotización. “El negocio es esperar; hoy, en esta esquina, se habla de dólares, pero comprar, hoy, no.”
Dato relevante 2: A medida que avanza la jornada, los vendedores de dólares en la calle ofrecen precios que oscilan entre 1.270 y 1.350 pesos por dólar, mientras que el Banco Nación indica un valor de 1.190. Ciertamente, las cifras manifiestan una disparidad que alimenta la fricción entre la economía oficial y la paralela, y la gente sigue preguntando, atenta a cualquier movimiento caótico de eso que se llama el “dólar blue”.

Dato relevante 3: La mayoría de las casas de cambio presentan pantallas apagadas, mostrando información incompleta, y el único sonido presente es el murmullo de las preguntas flotando en el aire: “¿A cuánto el dólar?”. Esta escena, que podría describirse como un teatro del absurdo, refleja la desorganización provocada por los vaivenes económicos y la indecorosa incertidumbre que reina en el pueblo argentino.
Mientras la jornada avanza, aumenta la tensión. Cada rincón de Florida es un escenario donde la vida de sus habitantes se entrelaza con la cotización cambiante de su moneda. Susana, una pensionada que cuenta cada centavo, llega para vender dólares esperando cubrir, día a día, las miserias que embargan a muchos; cada dólar en sus manos es una pequeña victoria en su lucha por la subsistencia.