Javier Milei habla al país por su primer año al mando: su discurso en cadena nacional

El presidente Javier Milei, en cadena nacional: Un balance de un año de gestión

Compañeros y compañeras, ciudadanos de nuestra querida Patria, me presento ante ustedes con el corazón lleno de gratitud por permitirme el honor de presidir esta bendita nación. Vengo a reconocer el esfuerzo y la voluntad inquebrantable de todos los argentinos que han enfrentado los desafíos de nuestro primer año de gobierno. Mis palabras están dirigidas especialmente a aquellos que no viven del Estado, a los trabajadores y trabajadoras que luchan día a día por sus familias, a los ciudadanos que el sistema olvidó, pero que con este gobierno, volverán al lugar que merecen ocupar.

Recordemos las palabras del expresidente Carlos Saúl Menem: “El coraje de un pueblo se mide por las verdades que está dispuesto a soportar”. Y así, con valentía y con la esperanza intacta, hemos atravesado un duro proceso de transformaciones necesarias para resurgir del desastre económico y social que nos dejó el sistema de la casta política.

Este año hemos encarado múltiples desafíos, pero con temple y convicción, podemos decir con orgullo que estamos saliendo del túnel. La recesión quedó atrás y el suelo que parecía infranqueable comienza a mostrar brotes de esperanza. El esfuerzo colectivo de este país está dando sus frutos, y los resultados comienzan a reflejarse en cada rincón de Argentina.

Compañeros, enfrentábamos una crisis inflacionaria desgarradora, como pocos momentos en nuestra historia. Hoy, hemos logrado estabilizar los precios y encarar un escenario mucho más controlado. Además, hemos saneado nuestras cuentas, logrando un superávit inédito en décadas. Este ajuste sin precedentes no ha sido fácil, pero ha sido esencial.

A un año, los desafíos en comercio exterior y deuda importadora se están resolviendo con éxito. La brecha cambiaria que ahogaba nuestra economía ha sido casi eliminada, reinstaurando la confianza en la moneda nacional y en el mercado laboral. La capacidad de nuestra economía para crecer y superar adversidades es un testimonio de la fuerza de nuestro pueblo.

La recuperación ha sido ardua, pero la tranquilidad vuelve a nuestras calles. El orden que hemos restablecido no es más que el primer paso hacia una sociedad más próspera y iluminada por las esperanzas de las futuras generaciones. Imagínense lo que podemos lograr si continuamos en esta senda.

El espíritu de cambio que defendemos no es solo un discurso: es una realidad tangible que se está construyendo día a día. La Argentina que soñamos no es solo posible, es inminente si mantenemos la vista fija en el futuro y el corazón abierto a las lecciones del pasado. Este desafío es de todos y todas. Sepan que el camino por recorrer es largo, pero estoy convencido de que nuestra determinación y perseverancia son los pilares sobre los que se erige esta nueva Argentina que, juntos, estamos construyendo.

Por un futuro luminoso, por una patria grande, adelante compañeros y compañeras, porque la historia ya nos está observando con esperanza. ¡Viva la Argentina! ¡Viva el pueblo! Muchas gracias.