Joaquín Sabina da el adiós a los escenarios: un tributo apasionado a Buenos Aires y una confesión reveladora que deja sin palabras
Publicado: 27 / 03 /2025Recital de Joaquín Sabina. Gira: Hola y adiós. Músicos: Joaquín Sabina en voz y guitarra, Antonio García de Diego en guitarras, teclados y armónica; Jaime Asúa Abasolo y Montenegro Borja en guitarras, Josemi Sagaste en saxo y percusión; Pedro Barceló en batería, Laura Gómez Palma en bajo y Mara Barros en voz y coros. Nuestra opinión: nacional.
En una noche imborrable y con el telón de fondo del Movistar Arena, Joaquín Sabina, el trovador crooner español que ha oscurecido y embellecido cada rincón de la vida con su lírica, llegó como un héroe a la defensa del rock español. Esta primera de diez noches en Buenos Aires se sintió tan intensa como un último día de clases, un UPD donde la nostalgia recorrió cada acorde y chaque iguales de la multitud. Dos horas inolvidables con un repertorio que podría resumir su legado: eco de memorias, anhelos perdidos y un desamor genuino.
Rodrigo Nespolo
Tras 76 años de vivencias, canciones y amores, el bardo andaluz bajará el telón de su vida artística con un simple, pero poderoso “Hola y adiós”. Así, como lo hicieron otros grandes como José Luis Perales y Joan Manuel Serrat, la chispa de este poeta urbano nos deja con el corazón en un puño. Esta noche, la emotividad era palpable en el aire, con un público enardecido dispuesto a recordar cada letra que ha encontrado hogar en sus vidas.
Antes de que el maestro se hiciera presente, Iván Noble, el heredero del rock argentino, encendió la mecha del concierto. Con el Movistar Arena repleto, las vibraciones de “Sapo de otro pozo” y “Avanti morocha” caldearon el ambiente y prepararon al público para el desafío emocional que estaba por venir.
Rodrigo Nespolo
El hilo conductor de la noche fue “Un último vals”, la canción que encapsula su decisión de despedirse. Este clip no solo reseña sus colaboradores más cercanos como Andrés Calamaro, Joan Manuel Serrat, Jorge Drexler y Ricardo Darín, sino que también establece el tono de una velada marcada por la melancolía y el reconocimiento de un legado inigualable. Desde el inicio, el público se mostró cautivado por una atmósfera en que la nostalgia era tanto un invitado como un eterno compañero.
“Lágrimas de mármol” abrió el repertorio, mientras Joaquín se acomodaba en su butaca para compartir sus relatos en un viaje íntimo con cada espectador. Esta noche, la voz rasgada del artista, que ya ha recorrido el tiempo de la historia española, se acompañó de un septeto a la altura de su genialidad, llenando cada recodo con instrumentación precisa, y redondeando esa atmósfera de magia en la que una leyenda canta, mientras el resto de nosotros se pierde en su hechizo.
Rodrigo Nespolo
Y al hablar de su cariño hacia Buenos Aires, se nota la sinceridad en sus palabras. “Si alguna vez me pierdo, que vengan a buscarme a Buenos Aires”, confiesa. Desde su primera actuación en los ’80, Sabina ha cultivado una relación que lo ata a esta ciudad de su segundo querer. Con una reverencia a otros íconos culturales argentinos como Borges y Cortázar, se teje un lazo indisoluble que trasciende fronteras.
“Lo niego todo / Aquellos polvos y estos lodos / Lo niego todo / Incluso la verdad”, resonaron los versos junto a su entrega y la del público inquebrantable, una experiencia sensual que sincronizó cada latido con el silencio compartido. A través de su inigualable repertorio, la velada fue una montaña rusa de emociones, donde los acordes de “19 días y 500 noches” resonaron con una claridad que marcó momentos decisivos de sus vidas.
A medida que la noche avanzaba, se sucedían las canciones cargadas de sentimientos, “Camas vacías” y “Pacto entre caballeros” ofrecieron un respiro antes de un desenlace simplemente emocionante. Sabina se tomó licencias para reflexionar, dejando espacio para otros íconos como Chavela Vargas, y como el gran maestro que es, dejó que el silencio también ocupara su lugar.
¿Cómo cerrar esta noche irrepetible? Con un anuncio de que le restan nueve despedidas más en su regreso a Buenos Aires, aunque insisto: ninguna será tan visceral como la que vivimos este lunes.
Datos Relevantes:
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La Última Gira: Joaquín Sabina está actualmente en su gira final titulada “Hola y adiós”, donde se despide de los escenarios después de una carrera de más de cuatro décadas.
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Colaboraciones y Homenajes: En su videoclip de “Un último vals” aparecen amigos y colegas como Andrés Calamaro, Joan Manuel Serrat, y Jorge Drexler, lo que subraya la comunión y respeto entre artistas del ámbito hispano.
- Vínculo con Argentina: Sabina ha expresado en varias ocasiones su cariño por Buenos Aires, describiéndola como una segunda casa, fortaleciendo así el lazo cultural y emocional que ha formado con el público argentino a lo largo de los años.