Literatura Tropical, una editorial que propone otros modos de producción literaria

Publicado: 05 / 03 /2023


Entre las novedades se presentaron las colecciones Otros Relatos Visuales y Debates Foto Gentileza editorial Literatura Tropical
Entre las novedades, se presentaron las colecciones Otros Relatos Visuales y Debates. Foto: Gentileza editorial Literatura Tropical

Alfredo Germignani, Guido Moussa, Agustina Bártoli y Laura Aguirre impulsan un trabajo novedoso desde la editorial Literatura Tropical de Resistencia, Chaco, en una apuesta que desde 2018 da lugar a una escritura “tropical” e innova con voces emergentes como las de su colección sobre diversidades y feminismos lanzada en octubre, o breves novelas escritas a cuatro manos como “Putin vencerá” con su mirada particular corrosiva y también local, sobre el conflicto que tiene en vilo al mundo hace ya un año.

Tras un paso fugaz por el Festival Poesía Ya! en el CCK durante febrero, el proyecto editorial Literatura Tropical de la ciudad de Resistencia tiene como dato curioso otro proyecto, uno artístico de experimentación emprendido por los escritores Germignani y Moussa en 2010, que se completó como colectivo con Bártoli y Aguirre, ocho años después.

“El sello editorial reúne títulos de escritores y escritoras emergentes y consolidados del NEA, propiciando lecturas y producción de obras literarias desde su diversidad y particularidad y desde la rareza territorial”, definen como carta de presentación.

Foto Gentileza editorial Literatura Tropical
Foto: Gentileza editorial Literatura Tropical

En octubre de 2022, presentaron la colección Mujeres & Disidencias “para enriquecer las literaturas disconformes” con autores emergentes de Chaco y Corrientes, una convocatoria nacida en pandemia para responder a ese vacío de “textos urgentes” y sin presencia en la editorial -como indica Bártoli-, en la que tuvieron una respuesta sorprendente: unas 60 obras provenientes de Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa que finalizó en cinco títulos, la mayoría de poesía.

“La experiencia nos permitió afianzar algunos aspectos y profesionalizar la práctica editorial, formalizar catálogos y definir una estética”, dice Bártoli.

Entre las novedades, presentaron las colecciones Otros Relatos Visuales y Debates, y luego arribó “Putin vencerá”, escrito en menos de un mes por Moussa y Germignani.

Este “universo literario tropical”, como lo catalogan, es cultivado desde 2014 por el dúo con títulos como “Rock”, “Electrónica”, “Sabemos quién mató a Nisman”, “Donde duermen los gorilas” y “Mary Elizabeth Superstar”.

“El sello editorial reúne títulos de escritores y escritoras emergentes y consolidados del NEA, propiciando lecturas y producción de obras literarias desde su diversidad y particularidad y desde la rareza territorial”.

El proyecto editorial nació “gracias a la pasión por las lecturas, la escritura, las palmeras, por los calores y por el solazo tremendo, y lo más importante: gracias a la amistad”, afirma Germignani en diálogo con Télam.

Y probablemente, la editorial es producto del programa radial RadioZ -emitido entre 2010 y 2017- que hacían con Moussa a partir de personificar a “dos escritores fracasados, Fernando Funes (Germignani) y Alberto Litter (Moussa)”, sus alter ego, en un espacio de lecturas de “literatura fantástica y noticias bizarras”, recitados e intercambios con “espectros de muertos ilustres” donde también escuchaban “ruidos arrolladores y música truculenta seleccionada y mezclada en vivo por Guido”, cuenta. Y casi al mismo tiempo, tenían una banda de rock: “Alfredo tocaba una guitarra eléctrica de una sola cuerda a la cual le aplicaba distorsiones con pedales mientras Guido con su notebook pisaba todo ese escandaloso ruido ensordecedor con más ruido, y encima de eso leíamos”, dice.

La radio o los “espectáculos y perfos literarias en montón de sitios”, en una muestra de arte contemporáneo, o la escritura “de una novelita lumpen en una semana, en vivo y en simultáneo”, indica, los proyectaron como colectivo al que se sumaron luego “Luba Malun (Agustina Bartoli), poeta y editora, con quien sellamos una amistad y un proyecto estético y literario en común, y la fotógrafa Laura Aguirre que documenta la mayoría de nuestros delirios”, comenta Germignani, quien sostiene que la respuesta del público, tan disímil, nunca fue indiferente y los motivó.

“Ya teníamos editados algunos libros del universo literario, al que impusimos por nombre ´tropical´, un término que “puede ser verbo, sustantivo, adjetivo” según el contexto y personajes, expresa al tiempo que profundiza sobre este concepto ambiguo: “Lo tropical es siempre marginal, nunca capital, cierto es que ilustra un tipo de clima acá en Chaco, pero atraviesa más nuestros comportamientos culturales como sociedad, por ejemplo el famoso y bien acometido hacerlo así nomás”, que “es hacer algo que no está bien hecho, que tiene fallas, pero mal que mal funciona. Ese síntoma es tropical y la mayoría de las cosas que pasaron en nuestra historia fueron movilizadas por lo tropical en Argentina”, explica.

Y desde lo tropical edificaron un “universo literario” pensado como una “literatura tangencial que evita el verosímil a toda costa, usa el grotesco y la satírica y recursos del hard-boiled y el terror y la ciencia ficción pulp, para demoler los cimientos sobre los cuales se construyeron las identidades en nuestra historia”, revela Germignani.

Pero ¿cómo se piensa el proyecto Literatura Tropical en cuanto a su territorialidad? “La territorialidad para nosotres no es condicionante. Por el contrario, es un trampolín al vacío que nos abre espacio a lo que está por venir, para la creación. Tiene un significante que nos posiciona en las márgenes, nada más, nos gusta leer y escribir y hacer obras de teatro en y desde Chaco”.

A su vez, plantea, que los escritores en tanto producto de la contemporaneidad a la que interpelan se traduce en ellos en modo “a lo tropical” -dice- “desde una potencia estética, semántica y simbólica” a partir de la que practican y proclaman que “la literatura no sirve para nada salvo para servirse a sí misma”, desinteresándose entonces del verosímil, por ejemplo, de las noticias, lo que les permite expresar un “Real Verdadero al cabo de la experiencia de lectura”, afirma Germignani.

“El territorio no nos restringe, cerca ni cercena, muy por el contrario, multiplica nuestras posibilidades creativas, tanto desde lo literario como lo dramatúrgico como los proyectos editoriales que impulsamos”, afirma.

Centrado en el NEA, la escritura desde el territorio es insumo para el proyecto cultural extendido que proponen y en ese sentido, Bártoli sostiene: “Vivimos en una de las regiones más golpeadas del país, donde las carencias no son pocas, y convivimos además con la posibilidad de lo imposible. Es parte de un imaginario salvaje, donde hubo y hay masacres, explotaciones, donde hay pobreza y desamparo, pero también un desesperado y digno y humano intento de sobrevivir”.

“Particularmente Resistencia es una ciudad en la que conviven muchos artistas de todos los órdenes, a pesar de las adversidades. Hay una tradición oficial, dentro de la cual nos encontramos con personalidades como la de Crisanto Domínguez a la par de Guido Miranda. Esos paralelismos son maravillosos, y forman parte del imaginario que nos convoca, que nos interpela”, asegura.

Foto Gentileza editorial Literatura Tropical
Foto: Gentileza editorial Literatura Tropical

A su vez, en esa diferenciación que otorga lo situado se interesan en abordar temáticas que salen de lo “oficial” o “decoroso”, en lo literario y que apunta a “libros raros, experimentales, lúdicos o disruptivos, aunque tampoco de modo exclusivo”, son “libros escritos ´desde acá´, es decir, desde el pálpito y el calor local al que llamamos tropical”, reafirma Bártoli.

Y en ese interés está muy claro el de autores emergentes, voces jóvenes, “que son las que más tienen que decir, o las que más nos interesa escuchar (leer)”, y trabajar “con la frescura que suponen”, algo que editorialmente acompañan desde la pasión y “mucho amor durante todo el proceso”.

“Penamos para editar nuestros libros. Pero los editamos. Eso es tropical. Puede parecer un delirio, pero en cierto punto y bien organizado los autores deberíamos tener garantizado el derecho a una impresión anual de al menos cien ejemplares: no cuesta nada, no representa económicamente nada para al Estado, que de todos modos gasta ese dinero en el dueño de la maquinita de imprimir libros para folletines y otras ediciones dudosas”, dice crítico Moussa por su parte, y agrega sobre el panorama editorial: “Lo que manda es la rentabilidad, lamentablemente”.

¿Se puede hablar de una literatura regional? “Existe la literatura y existe la literatura regional pero no es lo que se cree: no es una literatura asociada a una región o territorio, sino un montón de personas que quieren ser escritores editando novelas y poemarios solemnes como pedo de inglés. Eso, que da un poco de vergüenza y nos ruboriza a much@s, es literatura regional”, suelta Moussa.

¿Qué falta publicar? “Si hablamos de géneros, buscamos reforzar no sólo la publicación de ensayos, libros de ilustraciones (este año queremos publicar un cómic de una autora muy joven de Barranqueras), sino también de narrativas de ficción en general”, dice Bártoli.

También considera importante poner en las discusiones de agenda, “esos temas que están en escena, que nos interpelan, a veces a cachetazos”, como el ensayo de Rocío Navarro “Flores Liberadas”, ejemplifica, sobre el “autocultivo de cannabis” antes del registro Reprocann.

Entre los objetivos del año, además de afianzar la circulación de sus títulos publicados, consideran necesario contar con un espacio físico para el trabajo de la editorial y de “contención, encuentro y producción de proyectos culturales enfocados en la literatura contemporánea”, donde desarrollar los “laboratorios de escritura, talleres de ciencia ficción, lecturas performáticas, recitales de ruido y poesía, obras de teatro”, señala Aguirre.

Foto Gentileza editorial Literatura Tropical
Foto: Gentileza editorial Literatura Tropical

Entre tropicalismos, críticas y lecturas políticas, la escritura compartida

“Nuestra literatura está en estado de expansión, porque todo el tiempo está metamorfoseando” afirma desde Chaco el escritor Guido Moussa, autor junto a Alfredo Germignani de la novela “Putin vencerá”, un texto que presta especial atención a lo geopolítico.

A un año del conflicto entre Rusia y Ucrania, la novela breve que puede leerse como producto entre distópico e irreverente, paródico, incluso profético y sobre todo muy crítico y profusamente intertextual, es donde la realidad del mundo cierra filas con lo citadino y nacional.

¿Por qué tomar la figura del presidente ruso y no a Biden o Zelenski? “El mundo de Resistencia, Chaco, se combina con aquel mundo ruso y ucraniano porque de verdad, nadie en ninguna parte es ajeno a las consecuencias de aquello”, dice Moussa y redobla la apuesta: “¿Por qué no hacerlo? Es más: toda la literatura seria especializada en relaciones internacionales aconseja dar más crédito del que se le da, a la Rusia de Putin en términos de un mundo de relaciones más equilibradas y sana”. Recuerda, “el histórico discurso de hace 16 años de Vladímir Putin en la Conferencia de Seguridad de Múnich de 2007, separando la paja del trigo y lo circunstancial propio de todo discurso (como género narrativo) ni un ápice han cambiado las cosas”.

“Zelenski -continúa- no nos inspira nada de simpatía: un bufón del más rancio nacionalismo al que poco y nada le interesan las consecuencias de sus actos pero que pasa por simpático, heroico y divertido. La primera víctima en toda guerra es la verdad. Entonces: ¿por qué no Putin si en definitiva sólo queremos cada uno el triunfo de nuestra verdad y gas y energía barata y subsidiada en, por y para Europa en lugar de la carísima energía del Señor Biden?”, argumenta.

“Por otro lado, desde el punto de vista estético elegirlo a Biden habría significado escribir una novela donde todo se viera muy parecido a uno de esos sketchs clásicos de Tandarica en el programa de Marcelo Tinelli en los 90. De hecho tendríamos que escribirla”, propone Moussa.

¿Cómo es la experiencia de escribir a cuatro manos? “La amistad es el gran motor que nos impulsa, nos sostiene y estimula. Hace muchos años que escribimos a cuatro manos, por eso decimos que somos una banda de rock o una banda a secas, hay un ida y vuelta especial y hasta mágico que nos permite por un lado saber lo que estamos buscando cuando pensamos o imaginamos o componemos una novela o un artefacto literario. Tenemos la confianza para intervenir nuestros textos, engordarlos, destriparlos, desmembrarlos y volver a confeccionarlos como un Frankenstein”, afirma.

“Lo hacemos con pasión futbolera, lo disfrutamos y lo amamos. No hay un escritor solitario detrás de nuestros libros, hay diversión y alegría de saber que estamos en el mundo por y desde la literatura. Todavía tenemos montones de libros inéditos, por eso creemos -también- que nuestro universo literario tropical está en expansión”, explica Germignani.

“Punto Jonbar” es el nuevo proyecto de novela, donde los autores analizan el atentado que sufrió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner el 1 de septiembre pasado.

Se trata de un ejercicio literario para una “literatura que está en estado de expansión, porque todo el tiempo está metamorfoseando”.

¿Por qué promover textos que dialogan con la realidad con recursos que el periodismo no usaría como la farsa, parodia o el registro hiperbólico? “Para nosotros escribir es lúdico, es placer -incluso catarsis-, es libertad. El lenguaje es algo tan hermoso, amplio y tan profuso que ¿por qué no echar mano de todo lo nos ofrece? Las redes, por ejemplo. Los comentarios al pie en las noticias que lo permiten. Toneladas de tinta digital en chats”.

Para Moussa esto significa “poder nadar en el océano del lenguaje en lugar de procurar pescar piezas bellas que disecar y exhibir en alguna pared”, porque “nosotros estamos vivos”, afirma.

¿La ficción funciona en este caso como un complemento de la verdad en el sentido borgiano de que “ficción y verdad no son opuestos que se excluyen”? “Para nosotros la ficción no ´funciona´, no es un ´dispositivo´ que usemos para lograr algo, sino que la ficción es la verdad que pretendemos poner en discusión. No para transformarla sino para impedir que nos atrape la ficción que llaman “realidad” y que se suele confundir con ´verdad´”, dice Moussa. Y cita al célebre escritor estadounidense Philip K. Dick y su frase “Yo estoy vivo, ustedes están muertos”, una oración donde “hay mucho para leer entrelíneas”.

Si bien se trata de una narrativa geolocalizada y “espacio-temporalmente referenciada”, explica, la mirada está en lo universal” y sostiene que “lo tropical no es chaqueño, ni norteño: es un modo de convivir animalesco y funambulesco. O puede ser otra cosa si el caso lo precisa, por eso lo tropical es fluido y caliente, aún cuando pueda ocurrir en ambientes climáticamente gélidos. Todo es tropical, todo es peronista o anti tropical y antiperonista, acá y en cualquier lugar del mundo”, argumenta.

Para los autores, el término de lo tropical se relaciona con el tropicalismo brasileño que “fue no sólo un movimiento cultural rupturista sino también y muy especialmente político”, o sea, “muy en diálogo con su tiempo”, que “aún hoy suena actual porque es un universal su materia”, dice Moussa.





Fuente: TELAM