Milei en Davos: una nueva mirada para dividir la sociedad
Publicado: 28 / 01 /2025Javier Milei, en su discurso en Davos, logró infundir una sensación de confrontación al utilizar un foro eminentemente económico para lanzar una crítica hacia las visiones globales que, según él, intentan ser impuestas. Este discurso se mantuvo en la línea de su persistente ataque al establishment, ampliando su crítica desde una perspectiva tanto económica como cultural.
Milei no se privó de señalar la supuesta hipocresía de los foristas multimillonarios de Davos, al acusarlos de haber fomentado la ideología “woke” durante 40 años, pese a que lo que más resonó de su discurso fue el tono agresivo y las insinuaciones racistas contra las minorías.
Curiosamente, aunque representa intereses de sectores acomodados, Milei, como otros líderes de derecha global, muestra que su pertenencia a esta tendencia no es exclusivamente una cuestión de clase. Al igual que figuras como Donald Trump, Milei utiliza símbolos y discursos que buscan atraer a sectores de la población más amplios, incluso cuando sus políticas parecen centrarse en los segmentos más prósperos.
En Argentina, Milei suele atacar a lo que llama “la casta”, un término flexible bajo su discurso, que adapta en función de sus necesidades para mantener vivo el interés por su narrativa. Al igual que Macri con el kirchnerismo, Milei busca un enemigo claro, pero su definición de “la casta” varía según el contexto.
Milei en su discurso, más allá de las fronteras nacionales, intenta sincronizar el rechazo local a lo que denomina “ideología woke” con el rechazo internacional, alineándose contra los sectores progresistas, ciertos medios y empresarios.
Ni Javier Milei ni Donald Trump limitan sus críticas a sus predecesores políticos o a un solo sector. Su enemigo externo es una concepción más abstracta, casi inventada, que les permite mover sus piezas estratégicas en el tablero político.
Hace dos décadas, el lingüista George Lakoff observó que donde los progresistas hablaban de ideas, los conservadores se enfocaban en valores, estructurando marcos que resonaban con la gente. Milei en Davos parece validar esta noción, presentando una narrativa que capitaliza sobre sentimientos de descontento más que sobre propuestas concretas.
En entornos donde sectores “woke” promueven valores desde una posición positiva, Milei y sus contemporáneos avanzan con una retórica ofensiva y negativa, asumiendo que la búsqueda de libertad puede adquirir tintes violentos.
Desviándose de las respuestas racionales de las derechas tradicionales, Milei y sus pares adoptan ideas de filósofos como François Lyotard, celebrando el disentimiento como origen de innovaciones políticas.
En lugar de quedarse en meras reacciones opositoras, esta nueva derecha intenta redefinir los parámetros y actores en juego, impulsando un tipo de política que desafía el statu quo, en busca de. Esto exige no solo oponerse sino también proponer alternativas, por más difusas que parezcan.
JW/JJD