Navone sorprende con un golpe magistral y celebra su remontada al estilo Gaudio

Una noche inolvidable en Múnich para Mariano Navone: el argentino se consagra en el ATP 500 al derrotar al favorito canadiense Felix Auger-Aliassime (19° del mundo) con un resultado de 2-6, 6-4 y 7-6 (7-3). Sobre el polvo de ladrillo alemán, Navone desplegó todo su talento y perseverancia en un partido épico de tres horas y cuatro minutos.

A pesar de estar en desventaja por 3-1 en el segundo set y 4-2 en el tercero, el nativo de 9 de Julio demostró su resiliencia, sellando su victoria con una espectacular derecha que dejó a su rival sin respuesta y culminó en un festejo desenfrenado con la raqueta volando por los aires. Este triunfo no solo resalta su determinación sino que reafirma su potencial en la arcilla, superficie de sus mayores éxitos.

El ascenso de Navone en el 2024 fue meteórico, aunque recientemente sufrió una caída en su rendimiento. Con esta victoria, que marca su regreso a las grandes ligas, apunta nuevamente al top 50 del ranking mundial. Sin duda, la victoria sobre Auger-Aliassime es un paso crucial en su carrera, sumándose a su triunfo sobre Holger Rune (12°) en el ATP de Buenos Aires.

Revive el momento triunfal de Navone

No fue la única hazaña en Múnich: Francisco Cerúndolo también brilló, barriendo al local Jan-Lennard Struff en apenas 55 minutos por 6-0 y 6-2. ¿Su próxima tarea? Medirse con el kazajo Alexander Shevchenko.

Una sorpresa más en el certamen alemán la protagonizó el joven Diego Dedura-Palomero. A sus 17 años, el zurdo oriundo de Berlín con raíces chilenas, sorprendió al vencer a Denis Shapovalov, convirtiéndose en el primer jugador nacido en 2008 en triunfar en un torneo ATP. Su expresión de asombro al final del partido, dibujando una cruz sobre la arcilla, se ha vuelto viral: “No puedo creerlo”, confesó entre la satisfacción y la incredulidad.

La emoción, la lucha y las historias inspiradoras han sido protagonistas en Múnich. Desde el explosivo avance de Navone hasta la sorprendente irrupción de Dedura-Palomero, este torneo nos recuerda por qué el tenis es un deporte apasionante.