Nuevo disco y arranca la segunda temporada de ‘El fin del amor’

En una rueda de emociones dispares que transita Lali Espósito, la versatilidad se convierte en su estandarte. Acaba de compartir escenario con la icónica banda Miranda, mientras que a finales de este mes lanzará su esperado nuevo disco. Pero eso no es todo: su regreso al streaming está marcado por la segunda temporada de “El fin del amor”, donde promete llevar su arte a nuevas alturas. “La vida es un constante salto”, asegura la artista, y en cada una de sus facetas, encuentra una diversión renovada que desafía cualquier etiqueta.

Por si fuera poco, sus planes son desmesurados: prepara tres presentaciones en el estadio de Vélez para 2025 y, el 29 de abril, sus fanáticos podrán disfrutar de su sexto álbum, que además vendrá acompañado de un prometedor documental. “Hoy no me da lo mismo qué personaje elijo ni lo que una pieza de ficción me invita a contar”, confiesa Lali. Con una mirada crítica hacia su evolución, destaca: “Mis personajes de ayer son solo reflejos de contextos pasados. A mis 15 años, cuando nací en ’91, las oportunidades eran distintas. Ahora, a mis 30, con las luchas que todavía estamos librando, siento que hemos roto moldes, aunque el camino aún es largo”. La serie que protagoniza representa esta ruptura necesaria, y ella se siente orgullosa de ser parte de este cambio en la narrativa.

En un giro inesperado de su carrera, Espósito ha asumido el papel de productora ejecutiva. “Ojalá siempre me llamen para participar y opinar en otras dinámicas de creación, no solo actuar. Esto es un regalo que recibí de Amazon y K&S, y estoy agradecida de que mi voz haya encontrado eco”, reflexionó. Su participación se extiende también a su rol como jurado en “La Voz Argentina”, donde asegura haber aprendido y crecido enormemente. “Armar un cast que consideré maravilloso fue un proceso emocionante, más allá del desafío actoral”, añade con entusiasmo.

Finalmente, Lali reflexiona sobre la dicotomía que enfrenta con sus seguidores y detractores. “Imaginate ser Messi, que todos tengan una opinión clara de vos. Esa contradicción, amarte u odiarte, forja una personalidad artística. No soy solo la imagen de un ángel caído que algunos pintan, ni tampoco lo que otros quieren usar para denigrarme. Soy todo lo que se encuentra en el medio, manifestado a través de mis obras y palabras”, sentencia la artista.

En el crisol de su trayectoria, Lali Espósito emerge no solo como un ícono del entretenimiento argentino, sino como una voz crítica y consciente en un mundo que persiste en su transformación. Su ejemplo inspira a una generación que lucha no solo por el arte, sino por el reconocimiento de sus luchas y conquistas.