Pablo Moyano da un paso al costado, pero Camioneros sigue firme en la CGT: El líder gremial deja su cargo en la cúpula de la central obrera árbitro.

Pablo Moyano tomó la decisión de dejar su puesto como Co-Secretario General de la Confederación General del Trabajo (CGT). En una nota breve y contundente, Moyano mostró su desacuerdo con las decisiones de la “mesa chica” del sindicado. A pesar de su renuncia, las aguas dentro de la CGT están, por ahora, más o menos tranquilas. Aunque algunos dirigentes creen que esto es parte de una disputa familiar entre Pablo y su padre Hugo Moyano, la realidad es que la salida de Pablo revela un perfil más orientado al diálogo del resto de los líderes sindicales.

Moyano hijo da un paso al costado y deja vacío un asiento importante en el triunvirato de la CGT, el cual parece destinado a otro miembro del gremio de Camioneros. El nombre que suena para reemplazarlo es el de Omar “Manguera” Pérez, alguien de plena confianza de Hugo Moyano.

Padre e hijo

Las diferencias entre Pablo y Hugo Moyano no son nuevas. Aunque en el pasado algunas solo fueron rumores, en esta ocasión, la tensión entre padre e hijo parece haber alcanzado su punto más alto. En septiembre de 2022, Pablo ya había insinuado que dejaría la CGT debido a tensiones internas, pero fue convencido de quedarse por su padre tras una conversación. Sin embargo, esta vez el diálogo conciliador no se concretó.

El deseo de Pablo Moyano era impulsar un paro general desde la CGT, sumando a otros gremios disidentes al gobierno. Sin embargo, durante una reunión clave, otros líderes como Héctor Daer y Carlos Acuña rechazaron de plano la propuesta de movilizaciones para diciembre, optando por seguir la ruta del diálogo con el gobierno. Hugo Moyano se sumó a este enfoque dialoguista.

Finalmente, la CGT, representada por dirigentes como Julio Piumato, manifestó que seguiría firme y unida, más allá de las decisiones personales de algunos de sus miembros. Mientras tanto, Andrés Rodríguez de UPCN afirmó que no había un ambiente adecuado para medidas de fuerza contundentes, prefiriendo avanzar con negociaciones sectoriales que han mostrado resultados.

Crisis y después

Aún no se ha determinado quién tomará el lugar de Pablo Moyano, aunque se habla de Omar Pérez. La renuncia dejó en claro que el puesto pertenecía al sindicato, no al individuo. Mientras tanto, otros líderes importantes están descontentos y advierten que la CGT y el peronismo deben prepararse para defender la industria nacional y el empleo ante un contexto de apertura a las importaciones.

A pesar de todo, los sindicalistas aseguran que no existe un peligro inmediato de fractura en la CGT, aunque es necesario mantener un equilibrio entre el diálogo con el gobierno y la defensa de los derechos de los trabajadores, pues la situación económica sigue siendo complicada.