Romero tras dejar Boca: “Voy a demostrar que sigo en forma”

El adiós resonó con fuerza en el aire del Boca Predio. Sergio Romero, conocido como “Chiquito”, se despidió formalmente del club que lo acogió como un hijo. Una salida cargada de emociones, marcada por su decisión de rescindir un contrato que se extendía hasta fin de año para unirse a Argentinos Juniors, tras la lesión del arquero Ruso Rodríguez. La certeza de su abandono, sin embargo, no acalló las palabras que dejó a su paso.

“Se termina una etapa hermosa, disfruté mucho de este club, me voy con los mejores recuerdos”, declaró Romero, con la nostalgia impregnando su voz, al tiempo que miraba a sus compañeros y a los empleados que lo recibieron como un familiar.

El arquero, que no jugaba un partido oficial desde el 23 de noviembre de 2024, en un empate 0-0 contra Huracán, se enfrentó a una dura sanción tras un incidente con un hincha. Este tipo de episodios se convirtieron en el telón de fondo de su menuda carrera en Boca, que, aunque comenzó con ensueños, se tornó en un laberinto de frustraciones.

“Cuando me cruzan por la calle, me tratan excelente. Una desgracia fue el incidente con un plateísta, fue una sentencia para mí”, reflexionó el arquero, atrapado entre la gratitud y el amargo sabor de una trayectoria que prometía mucho más. Así, su relato se tornó en una crónica del ser humano detrás del deportista, un hombre que sucumbió ante el peso de las emociones.

Con apenas 38 años, Romero todavía siente fuego dentro del corazón. Aseguró: “Algunos decían que estaba acabado; en Argentinos demostraré que aún tengo mucho por dar”, como si cada palabra fuera un puñetazo para aquellos que lo subestimaron. Su relación con el nuevo presidente de Argentinos, Juan Román Riquelme, sigue siendo un lazo de amistad profundo, lo que también habla del cimiento emocional que forjan los verdaderos líderes en el fútbol.

Datos clave:

• Romero no jugó un partido oficial desde noviembre de 2024, acumulando frustraciones y lesiones.
• El incidente con el hincha fue un quiebre importante en su carrera, evidenciando la dificultad de manejar la presión externa.
• Su traspaso a Argentinos Juniors representa no solo un cambio de equipo, sino también una lucha por reivindicar su carrera.

Romero, de este modo, imprevisible y apasionado, deja una huella en Boca: un adiós, pero como él mismo dijo, “no es un chau, sino un hasta luego. Algún día volveré.”