Rosario Central apagó la fiesta de Vélez con una paliza que calienta la pelea por el liderazgo de la Liga Profesional.

Rosario Central desató su furia en el campo de batalla del Gigante de Arroyito y vapuleó a Vélez con un contundente 3 a 0. Con este resultado en la Liga Profesional, el panorama del torneo se oscureció para los de Liniers, que, a once fechas del final, ven cómo su cómoda ventaja se reduce a solo tres puntos ante una Talleres revitalizada que no se detiene. Los autores de la fiesta canalla fueron Ignacio Malcorra, Agustín Sández y Kevin Ortiz, mientras que el sufrimiento se multiplicó para Vélez, que se quedó con diez tras la expulsión de Damián Fernández.

Los de Liniers llegaron con la calma de saber que, independientemente del resultado, aún se mantendrían en la cima de la tabla. Sin embargo, el pulso del campeonato cambió radicalmente con esta derrota. Mientras la mayoría de los perseguidores tropezaban en una jornada inusualmente errática, Talleres, con un triunfo sobre el River en su casa, se convirtió en el único amenazante, siguiendo a Vélez como sombra. Un empate de Huracán, caídas de Unión, Racing y Atlético Tucumán, mientras los de Córdoba lucían engrandecidos por su victoria en el Monumental, prende las alertas: la lucha está lejos de haber terminado.

Vélez sabían que el Gigante de Arroyito siempre fue un terreno hostil y este encuentro fue el primero de tres para un equipo que intenta mantenerse en la senda del éxito. La fecha se complicaba con un Racing afilado como rival la próxima semana y luego la visita a un River que, aunque dividido entre compromisos internacionales, no deja de ser una máquina competitiva. Si bien la penuria para el conjunto de Liniers era evidente, la rotación ordenada por su técnico, Gustavo Quinteros, dejaba entrever un plan que podría haberse vuelto en su contra. Sin Mammana, Ordoñez y Thiago Fernández, el equipo alternativo se encontró en problemas antes de los 30 minutos. Un error de coordinación en la salida fue suficiente para trastocar la estrategia; Malcorra tomó la oportunidad de oro y no perdonó tras un penal que tradujo en el 1-0.

Quinteros, intentando renovar el aire, reagruparía rápido a su defensa pero al mismo tiempo buscaba la respuesta ofensiva, jamás resignando la búsqueda del empate. Sin embargo, el ímpetu de Rosario, fortificado por la ventaja numérica, los llevó a fervorosos ataques. El segundo tiempo no decepcionó: Vélez, con estilo y pasión, empujaba hacia adelante, pero no fue suficiente ante el ímpetu del Canalla.

Las acciones cambiaron de curso cuando, tras incansables intentos, Central reafirmaría su dominio con el cabezazo fulminante de Agustín Sández. Con el tiempo agotándose y el marcador en nuestras caras, Kevin Ortiz, con un disparo magistral desde fuera del área, selló la goleada que pocos vieron llegar. El 3-0 estremece el torneo y nos recuerda que esta Liga Profesional es todo menos predecible.