Sarmiento rompió la mala racha: venció a Platense y volvió a ganar después de siete partidos.

En un partido cargado de tensiones y expectativas, Joaquín Gho no solo hizo historia, sino que también devolvió la alegría a los hinchas de Sarmiento de Junín. Su gol, que selló un 1-0 ante Platense, significó el fin de una agonizante sequía que perduró 473 minutos, desde aquel 1-1 con Newell’s en Rosario. Pero eso no es todo: el Verde rompió también una racha de siete partidos sin victoria, un bálsamo en medio de la lucha por la permanencia.

El estratega Guillermo Sanguinetti, en una jugada maestra de táctica, replicó el 5-4-1 que había empleado su predecesor Israel Damonte. Este planteo no solo buscaba el control del balón, sino que también se erigió como un muro defensivo que dejó a Platense, emblema del juego fluido en la categoría, luchando por generar peligro. En los últimos momentos, el Calamar, presionado y con furia, se arremolinó contra el arco local, pero una atajada de antología de Acosta selló el destino del encuentro.

La posterior reacción de Platense, que ajustó su estrategia con cambios incisivos como Schor y Lotti, denotó su calidad, mas el esfuerzo se tornó estéril frente a un Sarmiento que respiraba aliviado. La victoria, un grito de guerra en la batalla por la permanencia, se convertía en un símbolo de cambio, una antesala de lo que podría ser un resurgimiento.

Así, Sarmiento no solo celebra una victoria: marca el inicio de un renacer en su andar por la liga, en un contexto donde el promedio dicta sentencia, y donde cada gol puede ser el antídoto a la crisis.