Speed, el streamer más grande del mundo, aterrizó en Argentina y cometió un tremendo error al probar el mate.
Publicado: 22 / 01 /2025El fenómeno de internet Darren Watkins Jr., conocido en el mundo del streaming como Speed, aterrizó en Buenos Aires y la euforia se desató. A sus escasos 20 años, este joven estadounidense ha logrado conquistar a millones de seguidores en plataformas digitales. Después de deslumbrar a sus fanáticos en Colombia, Guatemala, Ecuador y Panamá, llegó a la Argentina, un destino que prometía ser una explosión cultural y un choque de realidades. Pero, como toda estrella que regresa a casa, encontró sorpresas que desbordaron las pantallas.
En un viaje caótico en donde la risa y la incredulidad reinaban, Speed dudo en su primer contacto con la cultura local: un mate ofrecido por Spreen, un influencer argentino que ha sido objeto de controversia tras haber jugado como titular en un equipo de fútbol amateur, generando un revuelo mediático. En una transmisión en vivo monumental, el joven estadounidense no supo con claridad cómo utilizar la bombilla, llevándola a su boca cargada de yerba, lo que provocó un gesto de asco que llegó a miles de espectadores en tiempo real.
Su llegada a Argentina no estuvo exenta de conflictos culturales. En un país donde Lionel Messi es venerado como un ícono casi divino, Speed, abiertamente anti-Messi y fan declarado de Cristiano Ronaldo, se encontró, a tan solo dos minutos de pisar suelo argentino, con un mural monumental en honor al capitán de la selección. Su reacción fue sorprendente: “Por Dios, realmente estamos en la tierra natal de Messi”, expresó con desacuerdo.

En medio de su travesía, un inesperado encuentro con dos hombres disfrazados de Messi y Maradona lo llevó a la risa. Inicialmente incómodo, Speed resistió su papel de antagonista y terminó bailando con el impostor de Messi, fusionándose con la folclórica cumbia que recorre las calles de Buenos Aires. Un verdadero espectáculo de culturas.

Al llegar a La Boca, el destino le mostraba de qué se trataba la verdadera pasión argentina. Acostumbrado a la algarabía de sus fanáticos digitales, Speed fue bombardeado por una marea de asistentes con bombos y platillos. Vistiendo una camiseta del Club Atlético Boca Juniors, se lanzó a un pogo masivo, fusionando su energía con la de miles de hinchas que coreaban los cánticos tradicionales, prueba irrefutable del pandemonio que es el fútbol en la Argentina.
La interacción no se detuvo allí. Con el fervor aún latente, Speed saboreó su primer choripán, empapándose de la cultura culinaria local, y luego se adentró en La Bombonera, donde el clamor de sus fanáticos lo envolvía en un abrazo emocional que lo conmovió hasta el alma. Amenazado por la atmósfera, no pudo evitar expresar su agradecimiento por el arrollador apoyo que recibió.
Y así, entre risas, sorpresas y conexión palpable, Speed concluyó que, hasta ese instante, Argentina era el país más asombroso que había visitado, gracias a la inigualable devoción de sus hinchas. En un giro cómico del destino y gracias al éxito de su transmisión, alcanzó la cifra mágica de 35 millones de suscriptores en su canal de YouTube y celebró en vivo con su creciente legión de seguidores.