Boca Juniors va por Santiago Ascacibar: le ofreció a Estudiantes al jugador Marcos Rojo. ¿Qué dice Miguel Russo al respecto?
Publicado: 07 / 08 /2025El mercado de pases en el fútbol argentino convive con la incertidumbre. A pesar de que se encuentra cerrado, las llamativas movidas nunca cesan. En las últimas horas, Boca Juniors activó los teléfonos y se contactó con Estudiantes de La Plata por una figura que podría cambiar estratégica y emotivamente su mediocampo: Santiago Ascacibar. En esta peculiar danza de ofertas, Juan Román Riquelme, vicepresidente deportivo de Boca, ha dado un paso audaz al llamar a Juan Sebastián Verón, expresando formalmente su deseo por el pase del mediocampista que es un pilar en el esquema del Pincha, ofreciendo en contraparte a Marcos Rojo, un jugador que ha vivido turbulencias en el Xeneize.
De acuerdo a la información proporcionada por ESPN, las negociaciones azul y oro no solo involucran cifras, sino también trazos de lealtad y estrategia. Riquelme ofreció 2.5 millones de dólares y el pase de Rojo para asegurar a un Ascacibar que tiene un rol crucial bajo el mando de Eduardo Domínguez. La necesidad de un mediocampista se ha vuelto palpable tras la llegada de Leandro Paredes, como lo entiende el mismo Riquelme, quien ha recibido un rotundo “no” de Verón, dejando claro que Ascacibar es intransferible.
Miguel Ángel Russo, el director técnico de Boca, ha seguido el hilo de estos movimientos desde la sombra. Cuando lo interrogaron sobre nuevas incorporaciones, su respuesta fue cautelosa: “Ponerse la camiseta de Boca es completamente distinto a todo”. Esa frase encapsula la presión, la historia y el desafío que significa jugar en uno de los clubes más grandes de Argentina.
Pero, ¿quiénes son estos actores clave en este escenario futbolístico? Santiago Ascacibar, apenas de 28 años, ha brillado en el Estudiantes, donde firmó un contrato hasta diciembre de 2027, y es visto como un posible convocado por Lionel Scaloni para la selección nacional. En tanto, Marcos Rojo, un defensor de 35 años que cuenta con un pasado en el Manchester United, vive un persistente conflicto con Boca. A pesar de ser un ícono en el club, se encuentra relegado y ha visto su nombre figurando en listas de jugadores excluidos por cuestiones disciplinarias.
Por el lado de Verón, su reputación como uno de los mayores ídolos del fútbol argentino y como presidente del Estudiantes lo coloca en una posición de fortaleza. Su decisión de rechazar la oferta de Riquelme se alza como un claro mensaje: si Boca quiere a Ascacibar, deberá hacerlo sin involucrar a Rojo, un componente que, aunque tiene historia, no está en los planes actuales del club. Esta situación revela no solo el tablero de jugador, sino también la compleja y a menudo fracturada relación entre los dos titanes del fútbol argentino.
Así, la saga del fútbol argentino continúa su curso, donde cada llamada telefónica puede reescribir historias, pero donde el orgullo y la lealtad a un club parecen ser, en muchos casos, más fuertes que el eco de los millones.
