Elija a Gallardo: El jugador que quería Riquelme, fue llamado por Gago para Boca, pero se queda en River tras solo 118 minutos en la cancha.

Publicado: 14 / 08 /2025

Matías Rojas es un zurdo de maestría incuestionable, un jugador a la altura de River Plate. Nacido en Paraguay hace 29 años, se desempeña como número 10, y su talento es indiscutible. Sin embargo, el destino le ha jugado una mala pasada: ausencias inexplicables durante los partidos y un cuerpo que ha sucumbido a más de un desgarro lo han dejado en la sombra. Cuando el balón pasa por sus pies, el fútbol se convierte en poesía. Tuvo la oportunidad de jugar con Lionel Messi y brilló en Racing, destacándose en los tiros libres y demostrando una comprensión excepcional del juego. A pesar de que River y Boca, los colosos del fútbol argentino, lucharon por ficharlo, su paso se desvaneció casi sin dejar huella… en un ataque de olvido colectivo.

Rojas arribó al Monumental el 3 de enero y se despide rumbo a Estados Unidos el 14 de agosto. Casi un suspiro. Solo encontró minutos en el campo: 118, repartidos en cinco partidos del torneo Apertura y dos en la Copa Libertadores. Marcó un gol en su debut, un lejano 1-1 frente a Platense. Pero lo que debió ser un inicio prometedor se vio empañado por desgarros y otros problemas físicos, un patrón que pronto lo hizo caer en la desaprobación de Marcelo Gallardo, un estratega conocido por adorar el fútbol de zurdos.

Matías Rojas, pura simpatía el día de la presentaciónPrensa River

River siempre ha tenido diese futbolistas destacados a su lado: desde Leonardo Pisculichi hasta José Paradela, quien a pesar de las críticas de algunos aficionados, jugó 86 partidos en el club. Sin embargo, Rojas quedó a la deriva, un enigma más que una solución, lo que ha levantado un manto de interrogantes. ¿Es Rojas la excepción a la “regla” Gallardo?

A los siete meses, su destino es Portland Timbers de la MLS. River lo dejó ir libre, un final agridulce para un jugador que llegó con gran expectativa y que, además de ocupar un lugar como extranjero, pesan sus exigentes condiciones salariales. A Inter Miami llegó tras jugar solo 20 partidos en Estados Unidos, y 30 en Corinthians, generalmente desde el banco.

Primero fue un sueño para Juan Román Riquelme, quien con ansias buscó sumar a Rojas a su plantel. Edinson Cavani también escuchó cantos del destino, pero el paraguayo se inclinó por River, sintiéndose como un calzado perfecto para el estilo del Monumental.

Con el número siete a la espalda y botines negros, Rojas encantó a los hinchas en su debut en Vicente López, evidenciando su talento en un revolucionario cambio táctico. “Está buscando su mejor forma física… es un jugador inteligente”, decía el Muñeco aquella noche, en un intento de entender un enigma que parecía tener más claves que respuestas.

Con 26 goles y 14 asistencias en su temporada en Racing, su paso se convirtió en una travesía por el fútbol americano, donde tuvo la posibilidad de jugar junto a Messi. “El mejor momento de mi carrera”, solía comentar, reafirmando que el éxito de su desempeño dependía del colectivo. Pero, para sorpresa de muchos, el equipo nunca llegó a encontrar esa armonía necesaria.

“Mi papá siempre decía que River es el más grande de Sudamérica. Estaba decidido a jugar aquí, aunque hubo interés por Boca. Pero el llamado de Gallardo me sedujo”, confesó en su momento. En su travesía, Rojas mantuvo en su corazón a Racing, y aunque brilló en Inter Miami, su amor por el fútbol argentino siempre será recordado.

Matías Rojas, en una prácticaPrensa River

El hincha conoció de él en Lanús, donde se gestó su carrera. En su paso por Corinthians, aunque sus minutos fueron limitados, mantuvo la esperanza. Con la llegada de Javier Mascherano a la franquicia de Miami, su partida fue inminente. Ahora, vuelve a ser un agente libre, con el eco de un futuro incierto y un legado que se escurre entre las sombras.


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