“Costas estalló en Avellaneda: ¡Ladrón, ladrón!”

En una noche de tensiones en el Cilindro de Avellaneda, Darío Herrera tomó la decisión que desató la furia: sancionó un penal a favor de Tigre tras una falta de Rojas sobre Oviedo. La multitud, conformada por jugadores, cuerpo técnico y aficionados de Racing, reaccionó con una explosión de indignación. Aprovechando el desconcierto y la falta de concentración de la Academia, el Matador se llevó una victoria vital por 2 a 1.

El Cilindro, una vez más, fue escenario de un final explosivo. Al igual que en la primera jornada contra Barracas Central, el ambiente se caldeó ante el fallo de Herrera: un polémico penal que hizo estallar de rabia a Gustavo Costas, quien no dudó en gritarle al árbitro: “ladrón”. Una provocación que le costó la expulsión, sumando un nuevo capítulo a su historia de enfrentamientos con los árbitros. En la siguiente jugada, Braian Martínez convirtió el penal y minutos después, Ignacio Russo sentenció el 2-1 final.

A pesar de la adversidad, Racing mantuvo su precisión defensiva en el segundo tiempo, jugando con un hombre menos tras la expulsión de Franco Pardo. Sin embargo, la presión de Tigre fue implacable. A los 38 minutos, el VAR intervino a raíz de una falta de Gabriel Rojas sobre Alfio Oviedo, llevando a Herrera a sancionar nuevamente la pena máxima, generando el descontento de los jugadores y el cuerpo técnico de la Academia, quienes sentían que esta vez estaban siendo injustamente afectados.

Costas, cada vez más marcado por sus reacciones a los fallos arbitrales, continuó su serie de enfrentamientos tras el penal y no se detuvo: se adentró en el campo de juego para increpar a Herrera, siendo finalmente contenido por su hijo Gonzalo y su asistente Ignacio Rodríguez.

La rabia en las tribunas, acompañada por cánticos en contra de la AFA, reflejaba un estado emocional en el que los jugadores perdieron la concentración. Así, en un giro dramático, Tigre tomó ventaja nuevamente, e Ignacio Russo, tras una jugada colectiva, anotó de cabeza, llevándose una victoria crucial que los ubicó en la sexta posición de la Zona A, mientras Racing enfrentaba su peor inicio de torneo como local, posicionándose en el decimotercer lugar con solo cuatro puntos.

Costas y sus conflictos con el arbitraje: un panorama recurrente

Desde el principio del Torneo Clausura, la historia de Gustavo Costas está marcada por el enfrentamiento con los árbitros. En la primera fecha, un penal a favor de Barracas Central tras un toque de su jugador, Maravilla, condenó a Racing a una derrota y provocó que Costas fuera expulsado por su reacción ante lo que consideró una injusticia. Un panorama similar ocurrió en su encuentro anterior contra Boca, donde la controversia del penal también lo llevó a acusar un “pasó lo de siempre”, reafirmando su postura de ser objeto de decisiones erróneas por parte de los árbitros.

En este ambiente cargado de tensión, la Academia no solo lucha contra sus rivales, sino también contra un sistema arbitral que siente en su contra. A medida que se aproxima el próximo enfrentamiento en la Copa Libertadores contra Peñarol, la necesidad de redención se vuelve más urgente.