Lisandro Aristimuño: “La música es un acto de resistencia” | Este viernes, una noche de culto en el Gran Rex
Publicado: 02 / 10 /2025“Ya son más los años que vivo en Buenos Aires que los que viví en el sur”, revela el cantautor y productor oriundo de Viedma, Lisandro Aristimuño. Con casi veinticinco años en la capital del país, este artista patagónico ha cimentado su lugar como figura clave de la canción en Buenos Aires, especialmente tras la publicación de sus discos fundamentales: Azules turquesas (2004) y Ese asunto de la ventana (2005). Desde inicios de su carrera, Aristimuño ha fusiónado de manera magistral la tradición folklórica con el rock argentino y sonoridades electrónicas. “Continuamente busco nuevas sonoridades y timbres. Pero sobre todo intento movilizarme a mí mismo, es parte de mi esencia”, comparte con Página/12 antes de su presentación el próximo viernes 3 de octubre a las 20.30 en el Gran Rex (Corrientes 857). “¡Si ese teatro hablara! Este lugar es impresionante”, celebra. “Han tocado innumerables bandas y músicos que admiro, como Gustavo Cerati. Tocar en un sitio tan emblemático es una garantía de calidad de sonido”.
Tras su paso por San Juan, Mendoza, San Luis, Río Grande y Tierra del Fuego, Aristimuño se presentará en el Rex en un formato trío, acompañado por Martín Casado en batería y Lucas Argomedo en bajo, dos baluartes de su banda Los Azules Turquesas. “Nunca había tocado en este formato, es la primera vez”, comenta. “Me he conectado mucho más con la guitarra y los pedales, encontrando un sonido que me satisface. Martín y Lucas han sido mis cómplices durante años, somos una familia en nuestra música. Hemos preparado un show muy especial, incluyendo algunas canciones que no tocábamos desde hace tiempo”, explica. “Este concierto atraviesa el rock, la electrónica y también incluye un momento íntimo donde repaso mi faceta como cantautor. La parte rockera es potente y la electrónica tiene un peso significativo, debido a las programaciones electrónicas que he preparado para este formato”.
El año pasado, Aristimuño realizó una extensa gira nacional para presentar su último álbum, El rostro de los acantilados (2023). Sin embargo, esta vez, los temas estarán centrados en los ocho discos que ha lanzado a lo largo de su carrera. “Mi último show con la banda fue en Quilmes Rock. Ahora, recorreré mis discos, enfocándome en composiciones que nunca habían sido interpretadas en vivo, sobre todo del álbum Criptograma (2020), que fue lanzado durante la pandemia”, aclara. Se presentarán versiones especialmente adaptadas para el trío. “No es un trío de potencia, sino un viaje lleno de climas. En el escenario, soy como un pulpo, manipulando varios elementos. A veces podría parecer un DJ, experimentando con sonidos constantemente”, describe. “He estado ajustando el perfil del concierto y seleccionando las canciones que se adaptan a esta nueva forma de presentar mi música”. Después de su gira por España, Inglaterra e Irlanda en octubre, la travesía por Argentina continuará en noviembre, visitando Córdoba, Neuquén, La Pampa y Mar del Plata.
-Estás girando por todo el país, ¿qué temperatura percibís en el ambiente?
-Intentamos llegar a todos lados, especialmente en Argentina, y no dejar ciudad sin visitar. La situación es compleja en términos de venta de entradas; todos somos conscientes de que los tiempos están difíciles. Pero seguimos adelante. Siempre con pasión desde la independencia. Este año ha mostrado una clara disminución en las ventas, y es comprensible en el contexto económico actual, donde la gente prioriza sus necesidades básicas. No obstante, la multitud siempre responde y es un público maravilloso. Me apasiona hacer música y tener un diálogo directo con cada audiencia.
-¿Lo ves más difícil comparado con años anteriores?
-Definitivamente. El presidente no parece reconocer el valor de la cultura o el arte. La falta de apoyo gubernamental a la cultura es evidente; la gente tiene que ocuparse de sobrevivir. Por eso, quizás no tienen el dinero para asistir a un show. Es totalmente comprensible.
-Sin embargo, hay una necesidad palpable de disfrutar música en vivo…
-Así es. No solo el público valora asistir a los conciertos, sino también el artista. Para mí, ver la sala llena es una satisfacción enorme, pues soy consciente del sacrificio que implica asistir. Agradezco a quienes eligen estar presentes, es un gesto muy significativo. Estoy acostumbrado a ser un artista independiente, y eso también me hace sentirme cómodo. No sé cómo sería trabajar de otra manera, así que sigo en este camino.
Recientemente, Aristimuño lanzó una versión flamenca de “Vos” junto al cantautor español Muerdo. Esta canción forma parte de Ese asunto de la ventana (2005), que este año celebra veinte años. “Al principio consideramos un concierto con todo ese disco, pero decidí que quería algo diferente. Así que optamos por reinterpretar canciones del álbum en versiones nuevas y solo en plataformas digitales”, relata el artista. “Me encanta
Muerdo y quería darle un toque flamenco a ‘Vos’. Fue algo espontáneo; armé una base con mi hermana Rocío, lo grabé y mezclé yo mismo. Fue una colaboración entre amigos”, comenta. Adicionalmente, tiene en mente una lista de artistas con los que desea hacer versiones de sus clásicos. “Pienso en una colaboración con La Delio Valdez. Ya conozco a su gente, son maravillosos”, enfatiza. “Estamos a full, pero encontraremos el tiempo para grabar”.
-¿Qué significa Ese asunto de la ventana en tu carrera?
-Significa mucho. El título representa mi llegada a Buenos Aires, el impacto de tantas ventanas y edificios. Fue una especie de catarsis y me ayudó a comprender esta ciudad que es tan distinta a Viedma. Es un disco que valoro profundamente, porque fue útil para lidiar con el cambio de vida que representó mudarme aquí.
-¿Te sorprende que esas canciones se hayan integrado en la cultura del público y la música de Buenos Aires?
-Siempre hay sorpresa con cada álbum. Con mis primeros dos discos, la recepción fue una grata sorpresa. El segundo, Ese asunto de la ventana, es el más extenso, con quince canciones, y fue bien recibido, lo que se ha traducido en mayores espacios en los escenarios. Intento ser lo más sincero posible en mi música; eso es lo que la gente valora y les agradezco profundamente, porque sin ellos no estaría aquí.
-Ya en tus primeros discos, se siente un estilo consolidado que mezcla la cultura rock, el paisaje patagónico, el folklore y la electrónica. ¿Tú lo percibes así?
-Sin dudas, hay una búsqueda constante en mi faceta de cantautor, explorando la electrónica y los pedales, creando un collage musical que fusiona canciones criollas y acústicas con elementos electrónicos. Desde el primer disco, eso ha estado presente, y he seguido desarrollando ese sonido hasta 39° (2007). Siempre estoy buscando nuevas sonoridades, intentando que cada material tenga algo que me conmueva. La transición de vivir en Buenos Aires, más que en el sur, me ha llevado a explorar otros horizontes y sensaciones.
-Tu trayectoria también está ligada a la consolidación de la nueva escena de la canción en Buenos Aires tras Cromañón.
-Llegué a Buenos Aires en 2001, en un momento donde la canción comenzó a elevar su vuelo. Había un movimiento de cantautores, colegas, y amigos, además de un retorno a la guitarra criolla. Estoy agradecido a Buenos Aires por abrirme puertas que no sé si tendría en otro lugar. Aquí encontré mi camino como compositor y productor.
El lugar de la canción
-¿Qué lugar ocupa hoy la música en Buenos Aires?
-Es diferente a lo que era antes. Las modas van cambiando. La escena musical ha mutado hacia lo urbano. La canción ha quedado un poco relegada; no siento que sea vital para los jóvenes. Las líricas tienden a ser más provocativas. Me agrada esa búsqueda, pero creo que se ha perdido un poco la dulzura que existía en ciertos momentos. La música siempre responde a lo que sucede en la sociedad, lo que explica su evolución.
-Ahora hay un regreso al rock con bandas como Winona Riders y Fonso que atraen a un público más joven…
-Sí, definitivamente hay un resurgimiento de la sonoridad de los ochenta. Hay bandas que evocan a Virus, lo cual es refrescante. Tengo una hija de 13 años que me comparte música que me hace recordar a artistas de la talla de Los Abuelos de la Nada o Soda Stereo. Me emociona que haya un retorno a esas raíces; es un fenómeno en todo el mundo.
-Como músico popular, ¿sientes que es esencial manifestar tus opiniones sobre la situación socio-política del país?
El público que me conoce desde hace 21 años sabe perfectamente dónde estoy parado y mis pensamientos sobre lo social y lo político. Mis letras suelen tratar situaciones sociales. A veces empleo la música para expresar lo que pienso. Creo en los derechos humanos y en la cultura. Quiero que mi música brinde un espacio de felicidad, especialmente en los tiempos difíciles. Nuestro rol como artistas es acompañar, y yo intento hacerlo con cada canción.
