Boca en un Súper inolvidable: de la previa al festejo en el vestuario

Publicado: 11 / 11 /2025

Un espectáculo en la Bombonera. Noventa minutos de pura pasión, donde la historia se viste con luces y emociones. “Una tarde de película” fue el título que Boca Juniors eligió para narrar la épica de un superclásico que terminó 2-0, una jornada donde desde la previa hasta el festejo en el vestuario, cada instante fue memorable. Dirigida por Claudio Úbeda, producida por un fervor popular y protagonizada por jugadores que dejaron el alma en la cancha.

“Una tarde de película” (2025) Dir: Claudio Úbeda. República de La Boca. Así inicia un relato marcado por la mística y la famosa frase: “A Boca nunca se le puede decir que no”. Con Miguel Ángel Russo abriendo el viaje en un micro adornado con su imagen, la historia se desarrolla en el corazón del barrio.

Boca Juniors

“Una tarde de película”, el video que subió Boca a sus redes por la victoria en el Súper

La cámara recorre el vestuario: camisetas al viento, apellidos listos para marcar una nueva leyenda. Zeballos, Merentiel y Paredes en el centro de la escena. El tradicional “dale, dale, dale” empieza a resonar, mientras afuera el clima deviene un torbellino: papelitos, banderas y un “Y dale Boca” que se siente casi como un mandato.

El inicio de la trama

El silbato da inicio al espectáculo. En un palco, Juan Román Riquelme observa con atención el juego. El primer grito llega de la mano de Zeballos, quien aprovecha un rebote de Armani. Gol, locura, brazos al cielo. La imagen perfecta de un superclásico. No hay tiempo para el descanso: otro destello del Chango, un centro y Merentiel que empuja, el 2-0. La Bombonera estalló, Boca se encendió.

La cámara vuelve a la masa de hinchas: una niña ondeando una bandera, y aficionados desafiando las alturas con disfraces que ocultan su pasión. La Bombonera, ese escenario de cine, no conoce un final distinto al del triunfo. Y aunque el pitazo final se escuche, la fiesta no se apaga.

En medio del vestuario, aparece el Chelo Delgado quien recibe a cada uno de los que hicieron posible la magia, mientras la euforia se desata con Zeballos y Merentiel liderando la fiesta, con “Estoy loco” resonando entre risas. “Quiero la Libertadores y una gallina matar…” se oye en medio de un coro de alegría.

Entonces, Úbeda se convierte en el director detrás de todo: “Felicitaciones a todos, cada uno puso su parte”. La meta se enciende en el aire: “Ya cumplimos un objetivo; ahora vamos por más.”

La escena final es un homenaje. Una bandera ondea en la tribuna, con el rostro de Russo iluminado por la gloria, con el escudo de Boca y la Libertadores de fondo. “Eternamente gracias, Miguel”, reza la leyenda. Así cierra la película, como empezó: con Russo, con ese abrazo eterno entre Boca y su historia.

3 Datos Relevantes:

  1. El impacto del superclásico: Boca Juniors no solo ganó el partido, sino que también dejó una huella emocional en los aficionados, transformando un encuentro deportivo en una auténtica celebración colectiva.

  2. Claudio Úbeda: A cargo del equipo en este emocionante partido, Úbeda representa la continuidad y el legado de un Boca que sigue buscando la excelencia, un verdadero símbolo de la resiliencia futbolística.

  3. Miguel Ángel Russo: Como exdirector técnico, su figura fue central en la narrativa del encuentro, evocando la mística necesaria para mantener vivo el espíritu de una institución que vive por y para el fútbol.

Source link