Doce años de acción feminista y diversidades reunidas en la Casa Nacional del Bicentenario

Publicado: 12 / 03 /2022


Telam SE

A partir de fotografías, instalaciones, pinturas y videos de más de 80 artistas y colectivos de todo el país, la muestra “Las olas del deseo. Feminismos, diversidades y cultura visual 2010-2020+” actualiza, hasta el 11 de septiembre en la porteña Casa Nacional del Bicentenario (CBN), un trabajo colectivo de investigación, curaduría y edición que propone reflexionar sobre la ampliación de la categoría mujer como sujeto único del feminismo y sobre los cambios sociales y estéticos a partir de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario.

“La idea es retomar esa década de ebullición -que incluyó el Ni una menos en 2015 o la batalla por el aborto legal en 2018- y mostrarla en el arte, pensar a los colectivos feministas, artistas y diversidades que en los últimos años tuvieron la centralidad de la acción política con el deseo como motor, un deseo mutante y múltiple que reclama ese derecho al goce”, explica a Télam María Fukelman, directora de la CNB.

Desde el corset metálico de la Eva que Nicola Costantino presentó para la inauguración del Pabellón Argentino en la Bienal de Venecia en 2013 2011, pasando por trabajos de artistas con pequeñas comunidades como el “Comedor gourmet” de Villa Fiorito o las bibliotecas montadas por mujeres que dormían en albergues estatales con sus hijos, a obras reflexionando sobre lo no binario o lo trans, piezas que piensan lo hegemónico capitalista, patriarcal, desigual. “Esta exposición plantea que muchas veces es desde el arte donde se empieza a reformular necesidades que terminan en leyes o donde empiezan a agitarse escenas de las demandas y nuevas tendencias, los claroscuros de las construcciones sociales normadas”, resume Eva Grinstein, miembro del equipo curatorial de la Casa.

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Así el tarifario de artes visuales ocupa una sala en la muestra, tiene su pequeño pero extendido espacio propio en el segundo piso. “Todos y todas recibieron contrato y cobrarán honorarios según la orientación de ese tarifario”, asegura Grinstein.

La exposición retoma y actualiza la exhibición “Mujeres 1810-2010” con que la CNB abrió sus puertas por primera vez hace 12 años, acompañada por otras dos muestras que repasan esa década extendida de feminismos a partir de la manufactura de objetos de consumo popular y de tecno feminismos, a cargo del Museo Nacional del Grabado y del Centro de Arte Sonoro (CASO) con sede en la casa.

El recorrido empieza con un sitio específico del colectivo La lengua de la calle, una poética producción que desliza críticas e investigaciones a través del juego y la inventiva. Las letras caladas de una enorme vaya de cartón, tal vez pancarta que enmarca sus icónicas estampas, sirven para crear los anagramas que irán reformulándose en los seis meses que dure la exposición. Los vacíos donde se lee “Despleguemos otras formas de existencia” sirven para que en una pared opuesta, las grandes letras de cartón que dejaron esos blancos convoquen la poesía: “Si todos desaparecemos -se lee-, mientras el fuego”. La intervención llega a la calle: “Transformarlo todo es urgente”, postulan a través del ventanal.

En el primer piso el “Mural de activismos” compila las principales acciones callejeras de colectivos de todo el país, muchas veces integrados por artistas reconocibles en las fotos expuestas, más allá de los panfletos y flyers, numerados de tal manera que se puede consultar cuál es cada colectivo y acceder una mini información sobre las movilizaciones y campañas que hizo, dónde y en qué año. Ese primer pantallazo federal se completa con una serie de fichas con información ampliada que permiten conocer un poquito más sobre cada uno. “La idea es generar un punto de partida para que cada cual vaya viendo con qué se engancha a partir de sus interés”, explica Eva Grinstein, miembro del equipo curatorial de la CNB. 

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La zona “Marchar, ocupar, manifestar” está tomada por Marcia Schvartz, Florencia Böhtlingk, Elisa Strada, la trenza verde que el colectivo Nosotras Proponemos (NP) lleva a todas las marchas. Otro espacio registra las protestas y resistencias llevadas adelante en los cuerpos de las mismas artistas, como en el caso de la salteña Soledad Sánchez Goldar, acompañados por extensos epígrafes que permiten contextualizar. Ahí la invitada de honor es Effy Beth, Elizabeth Mía Chorubczyck, la artista, activista y guerrera trans performática que logró su DNI y con su obra invitaba a repensar identidades y derechos continuamente, a creer que en las posibilidades nuevas. Se suicidó en 2014.

Secciones como “Coser, tejer, bordar” da cuenta de prácticas históricamente ligadas al hacer de las mujeres reapropiadas por el pensamiento contemporáneo, y “Revisar la/s historia/s” recurre a eso de que “lo personal es político”, desde la interminable lista inconclusa, parcial, abierta y dinámica de artistas mujeres confeccionada por NP desde 2018, hasta las mujeres queridas pintadas por Diana Doweck, reunidas en una salita contigua. Mientras que el portal “Archivo de archivos” compila publicaciones, documentos, muestras, webs y otras iniciativas para guiar a los visitantes en la marea de los feminismos. El acceso no es sólo en la muestra (donde también puede consultarse una biblioteca breve en papel), está habilitado además a través de la página de la CNB.

El segundo piso es extenso. Es extensa la propuesta que se desarrolla en él. Las sexualidades y corporalidades no heteronormadas, los lugares diversos del placer, la familia, el amor y la amistad confrontada a imaginarios románticos, el derecho y el deber de cuido o el arte como trabajo, las redes de colaboración y solidaridad, son algunos de los puntos. La muestra podrá visitarse de miércoles a domingos, de 15 a 20 con entrada gratuita, en Riobamba 985, CABA.

Otras propuestas que completan el recorrido

El proyecto está acompañado por un libro homónimo con textos de Georgina Gluzman, Cecilia Palmeiro, Nancy Rojas y Julia Rosemberg con los fundamentos y el desarrollo de esta exposición, que puede descargarse en https://casadelbicentenario.cultura.gob.ar, con un catálogo y una publicación que recogerán los debates más destacados que se generen en actividades relacionadas como conversatorios. El diálogo se extenderá con la inauguración en la Casa de Bicentenario, el próximo abril, de “Cardinales. Camino a la Ternura. Poéticas Visuales en Territorio Nacional”, una muestra del Museo Nacional Terry de piezas textiles y cerámicas de artistas wichí, chané y del noroeste, curadas por Florencia Califano.

En el microespacio de la planta baja está montada la muestra “Corazones sensibles. Feria, cumbia y pasión”, del Museo Nacional del Grabado, donde remeras, gorras, bolsos y accesorios de consumo popular funcionan como soporte de imágenes y discursos críticos y como un espacio de posibilidad para lo comunitario, llevado adelante por colectivos de Neuquén, Río Negro, Santiago del Estero y Tucumán.

En el tercer piso, el CASO montó “Al conjuro de este código. Tecno feminismos para reescribir el mundo”, una exposición transdisciplinaria que aborda la tecnología desde una perspectiva feminista, decolonial y comunitaria, reuniendo artistas de Argentina y Latinoamérica, “tomamos casos testigos de proyectos situados territorial y corporalmente y además tenemos un espacio virtual que incluye un cibermuseo que exhibe iniciativas de arte digital y elabora plataformas para reunir colectivas latinoamericanas de acción feminista”, explicóla directora de ese espacio, Florencia Curci.

“No se trata de un relato unívoco sino de la reunión de un conjunto de experiencias, que funciona como proposición más que como exposición -señaló-. Estos problemas atravesados por la tecnología estarán intensificados y desarrollados por distintas tecnologías mientras dure la muestra, por ejemplo tendiendo alianzas con radios comunitarias rurales donde muchas veces las mujeres toman la posta para usarlas como amalgama social en contextos adversos, reflexionando en cómo usamos las redes, por ejemplo, para el Ni una menos, o pensando en su relación permeable con nuestros cuerpos y los territorios, haciendo conciertos o dando charlas. El sonido nos reúne y la propuesta es escuchar”.





Fuente: TELAM