¡El delirio en Bolivia! La espera por el partido contra Brasil y el sueño del Mundial saca a la gente a hacer colas de cinco días por una entrada.

El drama de una nación futbolera se despliega ante nuestros ojos. Con un duelo crucial contra Brasil como telón de fondo, miles de fanáticos enfrentan el gélido clima y la altitud de El Alto para ocupar un sitio en la platea. La Selección de Bolivia no solo juega un partido, juega su futuro.

La Verde se encuentra en una situación delicada, jugándose una de sus últimas cartas en las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial 2026. La fanaticada, con ardor inquebrantable, se prepara para un partido que se siente como un hito en su historia. Desde hace cinco días, fervientes hinchas acampan frente al estadio de El Alto, buscando no perderse su ansiada entrada.

El evento está programado para el 9 de septiembre en el Municipal de Villa Ingenio, un campo que desafía no solo la habilidad deportiva, sino también la resistencia física, situado a más de 4,000 metros sobre el nivel del mar. Bolivia, guiada por el entrenador Óscar Villegas, ocupa actualmente el octavo puesto, rozando la orilla del repechaje, con solo 17 puntos, uno menos que Venezuela.

Antes del desafío contra la potencia brasileña, la selección deberá medirse con Colombia en Barranquilla en la fecha 17, lo que acentúa la urgencia del encuentro decisivo en casa. La voracidad por las entradas ha sido desatada por la expectativa de contar con estrellas del Scratch y la relevancia del partido.

Los primeros 11,500 boletos se vendieron en un abrir y cerrar de ojos a través de la plataforma online. Ante tal demanda, la Federación Boliviana de Fútbol soltó otras 6,000 entradas adicionales que se venderán de manera presencial a partir de este sábado, dando lugar a un fenómeno social de carpas y filas interminables alrededor del estadio.

Cientos de hinchas se organizan en turnos para evitar que otros se cuelen, mientras que vendedores y reventas emergen en el paisaje colmado de fogatas, frazadas y puestos improvisados de comida. Un retrato palpable de la devoción hacia la selección en un instante crucial.

Los precios de las entradas oscilan entre 60 y 350 bolivianos (de 9 a 50 dólares), dependiendo de la ubicación. Los aficionados aguardan en una cola única que serpentea alrededor del recinto, donde ya han surgido algunos disturbios relacionados con la presencia de revendedores.

Un hincha, que expuso su historia a EFE, compartió: “Estoy aquí desde anoche. Al principio vine sin esperanzas, y hay personas que acampan desde el lunes. Hemos dormido aquí para apoyar a la selección y también porque mis hijos son fanáticos de Brasil. Hay que soportar el frío, el calor y hasta la lluvia para lograrlo.”

Otro simpatizante, también consultado por EFE, explicó su lucha por conseguir tres entradas para él y sus hermanos, ratificando su permanencia en la zona y la organización en la compra: “Nos dieron fichas con números, pero anoche se dieron peleas con revendedores que intentaban colarse.”

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