Guitarristas argentinas: una historia con volumen

Publicado: 13 / 04 /2023


Arte Jazmn Guzmn
(Arte: Jazmín Guzmán)

Pioneras en guitarras clásicas

En el ámbito concertístico de la primera mitad del siglo XX, tanto el campo de la docencia como el de la composición y el de la ejecución de la guitarra eran de dominio predominantemente masculino. Sin distinción de género musical, se tratara de música clásica o popular como el tango y el folklore, pocas fueron las guitarristas que lograron insertarse en el mundo de la música profesional.

Lalyta Almirn
Lalyta Almirón.

Sin embargo, allí siempre estuvieron ellas. Pioneras como la guitarrista, compositora y docente Carmen Farré de Prat, o las concertistas y compositoras Ana Serrano Redonnet y Lalyta Almirón, esta última, niña prodigio que dio su primer concierto con casi 7 años y que, cosas de la vida, en el estreno de una de sus obras musicales, actuó otro niño prodigio a sus 9 años: Daniel Barenboim.

Y por supuesto, María Luisa Anido, quien abrió caminos para las mujeres por su gran prestigio internacional que la colocó entre las más grandes guitarristas del siglo XX. Durante su carrera, llevó sus conciertos y cursos de interpretación por todo el país, América, numerosos países de Europa y sumó destinos como Filipinas, Rusia y Japón.

María Isabel Siewers, la aclamada guitarrista clásica argentina, que fue alumna de Anido, supo decir que “el sonido en la guitarra transmite nuestra alma. Cada guitarrista, cada músico tiene un sonido distinto”. Basta escucharlas a cada una de ellas para comprobarlo.

Bach, en las cuerdas de María Luisa Anido

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Con el correr de los años, veremos cómo la participación femenina va en aumento desde aquellas primeras pioneras a la actualidad. Si bien falta muchísimo en materia de equidad de representación, son nuevos tiempos no sólo de mayor visibilización y participación para la mujer y la guitarra clásica sino también en términos de organización.

Mara Isabel Siewers
María Isabel Siewers.

Hoy somos testigos de proyectos artísticos pensados para rescatar y difundir nuestro patrimonio cultural como lo hizo la guitarrista Silvia Fernández con su proyecto “Compositoras”, que creó un catálogo de obras para guitarra compuesta por autoras argentinas de donde Silvia seleccionó y grabó algunas de las piezas que forman parte del álbum “Compositoras”. Allí las encontramos juntas, a las de ayer y las de hoy.

También las encontraremos en eventos que las reúne como el Encuentro Internacional de Mujeres Guitarristas que tuvo su primera edición en 2021 y asociaciones como la Asociación Internacional de guitarristas compositoras. Y agrupadas en menor escala como fuera en su momento el caso del sexteto de Espiral de Mujeres guitarristas y lo es hoy la agrupación de Las Cuarenta con Andrea Zurita, Lía Agrima, Elisa Sandá, Laura Zilber.

“Forgotten” (Silvia Fernández)

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Las guitarras del rock

Cuando corrían los años 70, el camino iniciado por nuestras artistas mujeres en el rock era, hasta entonces, un camino sobre todo como cantautoras o vocalistas; si bien muchas de ellas se acompañaban de su guitarra, las bandas no solían contar con mujeres en el rol de guitarristas, de instrumentistas.

Liliana Vitale Archivo Tlam
Liliana Vitale (Archivo Télam)

En una entrevista en la revista Pelo de 1976, Liliana Vitale decía, a propósito de la situación de la mujer en el rock, que “una intervención más polenta de la mujer sería que además de cantar puedan meterse más instrumentistas”. Hasta ese momento eso no había ocurrido, y el antropólogo Gustavo Blázquez ofrece una explicación: “aunque libertarias y contraculturales, las sonoridades que atraían a jóvenes de camadas medias urbanas en la década de 1970, no necesariamente discutían la división sexual del trabajo artístico. En ese mundo musical, las tareas asociadas con el dominio técnico y artístico (managers, productores, ingenieros de sonido, instrumentistas) estaban reservados para varones (heterosexuales). Como en la tapa del disco ‘Acusticazo’, donde en un mismo dibujo se fundía una guitarra y un cuerpo femenino, las mujeres aparecían como el objeto técnico y medio artístico que ellos ejecutaban para la creación de su arte”.

En el mismo número de la revista Pelo donde se entrevistaba a Liliana Vitale, pero en otra nota, se abordaba a las artistas mujeres del rock internacional; su título era “La embestida de las mujeres”, y decía:  “Siempre se mantuvo la suposición de que las cantantes femeninas eran objetos sexuales que ofrecían solamente una buena voz y algo agradable para mirar, durante el transcurso de los temas, pero que dejaban, invariablemente, el trabajo más duro de tocar los instrumentos a los muchachos de la banda. Fue recién Janis Joplin la que probó, sin dejar dudas, que las mujeres podían tocar con tanta energía y vitalidad como los hombres”.

Las construcciones patriarcales de la feminidad aparecen reflejadas en su máximo esplendor en este artículo. Más allá de eso, lo cierto es que se acercaban los tiempos, también en nuestro país, en los que las mujeres iban a desempeñarse en el rol de guitarristas dentro del ámbito del rock.

Adriana Sica Prensa
Adriana Sica (Prensa)

Adriana Sica, que tomaba clases con Lito Epumer, a la par de sus estudios universitarios en la carrera de Música, de la Universidad Católica Argentina, es una de las primeras mujeres que aparecen en la escena del rock en el rol de guitarrista. Lo es de la banda Rouge, un grupo de jazz rock conformado por mujeres, que a comienzos de los años 80 podía vérselas tocar muy seguido y en muchos pubs porteños.

Más tarde dejará la banda para ir a estudiar a Berklee, junto a quien era su pareja, Pedro Aznar. A su regreso será la guitarrista de Fabiana Cantilo, más tarde de David Lebon, y luego iniciará un camino solista, con la grabación de su disco “Bendito Faro”.

Mara Gabriela Epumer Prensa
María Gabriela Epumer (Prensa)

Pero aun antes de que comenzaran los años 80, en algunas noches del mítico boliche Jazz&Pop, se podía ver zapando junto al Mono Fontana o Lito Epumer, a una chica con no más de 15 años, que pronto daría mucho que hablar: María Gabriela Epumer.

Dueña de un infinito talento musical que se desplegó a lo largo de todos los años siguientes, como instrumentista y como cantautora, su voz, su guitarra, sus canciones, su personalidad, serán fundamentales para nuestra historia del rock, y no hay muerte temprana que pueda llevársela de nuestros oídos, de nuestros ojos.

María Gabriela vive su infancia rodeada de una familia de músicos y músicas, y desde niña sabe lo que es el rock: siempre se las ingenia para que, aun siendo muy chica, la lleven a los recitales de Madre Atómica, el grupo de su hermano Lito Epumer con Pedro Aznar y el Mono Fontana, o por caso también a ver a esa banda que recién está comenzando, llamada Sui Generis, que luego será un dúo, y que luego, uno de sus integrantes con bigote bicolor, le pedirá que sea su guitarrista. Faltaban, en aquel momento, casi 20 años para eso, pero ya sabemos que ella dirá que sí.

“No te animás a despegar” (María Gabriela Epumer y Charly)

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En el medio, fue guitarrista de Maria Rosa Yorio (con apenas 16 años), luego lo será en una segunda formación de la banda Rouge, más tarde de Viudas e hijas de Roque Enroll, de Celeste Carballo, de Maleta de loca, tendrá su banda A1 y un camino solista, a la par de ser la guitarrista de Charly Garcia.

Las guitarras del metal

Silvia Gers Prensa
Silvia Gers (Prensa).

En el ámbito del heavy metal de los años 80, irrumpe en escena una gran guitarrista, que va a brillar en el género que sea, no solo en el metal, sino también en el blues, en el folclore tradicional de las Islas Canarias, en el rock, o en el folclore latinoamericano, ella será un estilo en sí mismo. Se trata de Silvia Gers, quien fue la primera guitarrista de la banda Las Brujas, un grupo de heavy metal pionero en estar constituido íntegramente por mujeres. Silvia fue también la guitarrista de músicos como Edelmiro Molinari, y de Alejandro Medina, hoy también cantautora, multi instrumentista, productora musical, y una de las grandes referentes de nuestra música popular en lo que concierne a instrumentistas.

Y si de metal se trata, la guitarrista que hizo y sigue haciendo historia por su enorme virtuosismo y  temperamento musical, es Carina Alfie. La estudiante de guitarra del Conservatorio, que cuando escuchó a Steve Vai pensó “quiero sonar como él”, y unos años más tarde, estaba tocando junto a él, porque lo había deslumbrado con su talento cuando la escuchó casi de casualidad en una presentación de prensa; la guitarrista de muchas bandas de metal de los años 90, más tarde la de Ricardo Iorio, ella, la impresionante Alfie, el orgullo argentino de la guitarra.

Las guitarras del punk

Exeroica Prensa
Exeroica (Prensa)

Corren los años 80, Robert Zelazek deja de ser el guitarrista de la banda punk Trixy y los Maniáticos para ser el legendario bajista de los Violadores, y entonces entra en escena la guitarra candente de Roxana Curras.

Uno de los primeros shows de la banda en su nueva formación fue junto a Los Violadores, en Latex Neo Bar, donde a Roxana Curras podía vérsela con “la flechita”, una guitarra bautizada así por ella, que le había regalado Celeste Carballo, y sonaba bien punk.

La banda hacía temas propios, varios compuestos por Curras, y covers  que engrosaban el repertorio, en cuya selección hay que destacar el rol fundamental de esta guitarrista, y cantautora: ella escuchaba bandas punks que estaban sonando en España o en Inglaterra en ese momento, traía los discos y se los hacía escuchar a los demás; nutría y estimulaba los resortes compositivos de toda la banda, a la vez que ampliaba sus horizontes. En efecto, ir a un recital de Trixy y Los Maniáticos era, en cierto modo, viajar al futuro. Y ver a Roxana Curras en el escenario, en aquellos tempranos años 80, también.

En la escena del punk de los años 80 también sonará con protagonismo la guitarra de Patra Ariño, guitarrista de una de las primeras bandas punks formadas íntegramente por mujeres, las quilmeñas Exeroica.

Cuando Patra tenía 7 u 8 años, ya comenzaba a tomar las decisiones que la encausarían en aquella dirección. Al igual que cualquier chica, Patra quería aprender algo especial, extra escolar. Su madre la llevó a tomar clases de tenis en el Quilmes Atlético club. No aprendió tenis, pero sí aprendió que no le gustaba competir. Y así, llegaron las clases de guitarra. “A los 9 años empecé a estudiar guitarra con un profesor de teoría y solfeo, pero en la práctica nos enseñaba folclore argentino. Era muy divertido y además me llevó a tener inquietudes y curiosidad por componer. Ya con 10 y 11 años me subía al escenario yo sola con una guitarra a tocar una canción sin miedo alguno.” Cuando Patra tuvo en sus manos una guitarra eléctrica, se puso a componer. Y siguió haciéndolo varias décadas más, con distintos grupos, o solista, siempre brillando en el under porteño.

El primer profesor de guitarra de Pilar Arrese había sido Horacio “Gamexane” Villafañe, recordado músico y compositor del punk rock; y había comenzado a tomar clases impulsada por el amor que profesaba por Robert Smith, líder y guitarrista de The Cure, también de Siouxie and the Banshees, que marcó su preferencia por un estilo minimalista expresado en guitarras del punk rock como las de Steve Jones o Los Ramones. Devota de esa simpleza, reconoce: “odio los solos”.

Antes de formar la legendaria banda She Devils junto a Pat Pietrafesa, había pasado por bandas como Las Tetas Degeneradas, La Regla, Tumulto Ebrio, e Hijas del Misterio. Y luego lo hará en las Curvettes.

“Yo tocaba en una banda de garaje (las Curvettes) y mi compañera de banda me decía que tenía que tener una guitarra diferente, un modelo más garajero. Yo tenía una Jackson que a ella no le gustaba para nada y quería a toda costa que yo cambie de guitarra.  En ese momento, empecé a tocar con las Kumbia Queers y, como a ellas sí les gustaba la Jackson y les gustaba cómo yo tocaba, me apodaron “Pila Jackson”, como una manera de reivindicar esa guitarra. Por eso yo soy Pila Jackson.  En realidad, hace unos años, me compré una Stratocaster y, ahora, internamente en la banda, me dicen Pila Caster.”, narra Pilar para esta nota.

Pasado, presente, futuro

Lula Bertoldi Prensa
Lula Bertoldi (Prensa)

Claro que hace falta destacar la poderosa imagen y sonoridad, de otras artistas que empuñan la guitarra como si se tratara de una compañera inseparable, en sus propios proyectos: Celeste Carballo, Claudia Puyo, Leonor Marchesi, Viviana Scaliza, Barbi Recanati, Lula Bertoldi, entre muchísmas otras artistas que a través de las distintas décadas hasta la actualidad, coparon y siguen copando los escenarios con una destreza en las 6 cuerdas que construyen mundos musicales y hacen vibrar o conmover a sus públicos.

Sol Bassa, la extraordinaria guitarrista y cantautora, lo supo desde chica, y así lo cuenta en una entrevista con Martin Sassone:  “Un día con algo de plata que tenía ahorrada y otra parte que me regalaron para Navidad, fui con mi amiga Martina a la antigua Casa Núñez a comprarme mi primera guitarra, una criolla que me salió 250 pesos. Como era pleno verano llegamos en un horario que estaba cerrado y tuvimos que dar vueltas por el Centro para matar el tiempo. Me acuerdo como si fuera hoy, era como descubrir un nuevo mundo… más bien, como empezar a construirlo”.

Juliana Wilson Prensa
Juliana Wilson (Prensa)

Cuánto valió la pena las puertas que fueron abriendo todas nuestras pioneras puede resumirse en Juliana Wilson, la virtuosísima guitarrista de 23 años que deja maravillado a quien la escuche.

“Empecé a tocar la guitarra cuando tenía 12 años y jamás pensé que se convertiría en mi vida”, cuenta Juliana para esta nota. “Cuando le dije a mi papá que quería empezar a tocar, no dudó ni un segundo en comprarme mi primera guitarra eléctrica y un amplificador de la marca Texas. Desde ese momento, empecé a dedicarle muchas horas a practicar. En el camino, me fui enamorando cada vez más de la guitarra, hasta que decidí estudiar en un conservatorio, porque sentí que la música y todo lo relacionado con ella era lo único que quería hacer”.

En 2018, formó parte del Guitar Fest Argentina, y en 2019 tuvo la oportunidad de tocar con Eruca Sativa. En 2022, lanzó su primer EP como guitarrista solista llamado “Daylight Shades”.

El pasado, el presente, y el futuro, están tocados por mujeres.

“Penumbra” (Juliana Wilson)

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