Hubo un tiempo que sigue hermoso

Publicado: 03 / 08 /2023


Mara Rosa Yorio Arte Jazmn Guzmn
María Rosa Yorio. (Arte: Jazmín Guzmán)

Hay una voz que atraviesa prácticamente toda la historia del rock argentino y llega hasta hoy con su impronta intacta. María Rosa Yorio, la chica que leía a Simone de Beauvoir en los años 70, y que a poco de comenzar esa década se abría paso en la masculinizada escena del rock, es parte fundamental de nuestra historia pero, sobre todo, es presente.
 
Yo era pura poesía. Cuando niña, me sentaba en alguna de estas salas y escuchaba la música clásica que inundaba la casa. Mi papá que era un gran melómano, abastecía el ambiente con discos y libros. Los pasillos estaban marcados con volúmenes de Chéjov, Tolstoi, Pushkin. Al final, entre todas esas músicas y esas lecturas, se armaría el combo que engendró esto: una sensibilidad poderosa”, se retrata ella misma en su libro “Asesínenme. Rock y feminismo en los años 70”.

Esa sensibilidad poderosa es la que la acercó al rock, y con ella sigue moviéndose hoy entre nuevas grabaciones y shows en vivo.

“Quiero ver, quiero ser, quiero entrar”

Mam Mara Rosa y pap Charly con el pequeo Migue Garca Archivo personal
Mamá María Rosa y papá Charly, con el pequeño Migue García. (Archivo personal)

Antes de que terminase el año 1974, aquella chica llamada María Rosa Yorio, que luego de escuchar a Sui Generis en el teatro ABC, había formado pareja con Charly García, comenzaba su camino público como cantante, cuando por primera vez se juntó el grupo Porsuigieco en el Auditorio Kraft. La banda estaba conformada, tal como indica su nombre, por Porcheto, Sui Generis, Gieco, y por María Rosa. No figuran sus iniciales porque, según ella explica, eran sus comienzos como cantante y su nombre no era conocido por el público; pero sí aclara que todos ganaban lo mismo.

Aquella noche en el Auditorio Kraft, María Rosa subió al escenario para cantar dos temas: una versión de “Todos los caballos blancos”, de Leon Gieco, y “Preséntame”, la canción de Charly que luego llevará de título “Quiero ver, quiero ser, quiero entrar”. Según la crónica de la revista Pelo, “María Rosa puso en ella una fuerza y un sentimiento pocas veces oídos en una cantante”.

“Quiero ver, quiero ser, quiero entrar” (Porsuigiego)

VER VIDEO

Esa fuerza y sentimiento también se aprecian en la hermosa versión que María Rosa graba en el disco “Porsuigieco”, aunque ella al recordarla considera que no es una canción fácil de cantar, y que su interpretación es “un poco llorada”. Así lo explica en su libro: “ Yo venía del teatro y de la escuela de Edith Piaf. Todo debía ser medio sobreactuado y así lo hice. Incluso recuerdo que, cuando Marilina Ross regresó al país luego de su exilio, quiso que esa canción fuera el símbolo de su retorno. No pudo cantarla, me contó”.

En su cuarto de adolescente, también una chica llamada Andrea Álvarez se siente maravillada con esta canción. Recuerda haberla escuchado tantas veces que, literalmente, rompió el disco.

“Tras tu lucha alumbra el sol”

Una voz clave en el rock de los 70 Prensa
Una voz clave en el rock de los 70. (Prensa)

Luego de la experiencia Porsuigieco, María Rosa es convocada a integrarse a la nueva banda que estaba formando Nito Mestre. El nombre iba a ser “Nito Mestre y sus amigos”, pero nuestra cantante propuso como nombre el título de una película italiana que venía de ver en esos días: “Los desconocidos de siempre”. Al resto de los integrantes les gustó la idea, y así se presentaron en los numerosos recitales que brindaron, luego del debut en el Teatro Estrellas.

Los Desconocidos de Siempre fueron una de las bandas más reconocidas y convocantes de los años siguientes, hicieron giras por todo el país, varios Luna Park, y tres discos donde la voz de María Rosa se luce junto a la de Nito: “Nito Mestre y Los desconocidos de Siempre” (1977), en cuya tapa puede verse a María Rosa embarazada de su hijo con Charly García; “Nito Mestre y Los desconocidos de siempre II” (1978), y “Saltaba sobre las nubes” (1979).

“Tras tu lucha alumgra el sol” (Nito Mestre y los Desconocidos de Siempre)

VER VIDEO

“Semana de una cantante”

En el mes de febrero de 1980 se realiza la primera edición del Festival de La Falda. En el escenario está María Rosa Yorio, aun como integrante de Los Desconocidos de Siempre; al año siguiente volverá a presentarse, pero ya como solista. Entre los músicos que la acompañen en ese nuevo camino, habrá una música: una guitarrista de 16 años llamada María Gabriela Epumer.Tres discos indispensables de María Rosa.

Antes de que termine 1980, el primer álbum solista de María Rosa Yorio estaba en la calle: “Con los ojos cerrados” era su título, y el de uno de los temas del álbum, el clásico de David Lebon que originalmente se llamó así, y luego fue renombrado como “Parado en el medio de la vida”.

El título del álbum parece aludir al modo en el que María Rosa se lanza a grabar su primer disco: había sido convocada por el sello Music Hall cuando ella estaba abocada al cuidado de su hijo que aún era muy chiquito, y según ella recuerda, allí fue, con lo que tenía; María Rosa considera que recién fue a partir de su segundo disco, lanzado en 1982, con el título “Mandando todo a Singapur”, que pudo contar con más tiempo para el trabajo creativo de sus discos.   De todas formas, “Con los ojos cerrados” es un bello álbum de nueve canciones, entre ellas, una de su autoría y música de León Gieco, llamada Semana de una cantante.

“Haciendo el amor en la cocina”

En aquellos tempranos años 80, una canción de María Rosa sacudía todo orden conservador, instalando a la mujer como sujeto deseante: “Haciendo el amor en la cocina” era su título, y estaba incluido en el álbum “Por la vida”. María Rosa recuerda que aquella libertad para hablar de sexo, así como su elección de mostrarse sexy en los shows, en algún punto le jugó en contra, ya que aún existían sectores muy pacatos como para aceptarlo: todavía no había aparecido Madonna, destaca María Rosa, como para situarnos en contexto, cuando la cantante daba muestras de su capital erótico y transgresor sobre los escenarios, y en las letras de sus canciones.

En su disco anterior, de 1982, “Mandando todo a Singapur”, esto ya había quedado plasmado en canciones como “Amor en taxi”, donde narraba las caricias eróticas de una pareja que recorría la ciudad en un coche de alquiler.

“Haciendo el amor en la cocina”

VER VIDEO

“Déjenme jugar”

“Donde más sentí el machismo fue cuando fui solista en los ’80, porque para que te des una idea, en mi disco ‘Puertos’ (1986) me enteré lo que tenía que cantar en el estudio de grabación y donde nada pude decir. Eso me costó y creo que por eso entraron un poco las sustancias en mi vida”.

Así y todo, María Rosa hace una declaración de independencia y determinación en la canción de su autoría “Donde van mis pies”: “Y si estoy sola/ igual que los demás/ es que me cansa/ que tiren para atrás/ no tengo miedo/ de mi feminidad/ porque yo sólo voy/ donde van mis pies.”

Con “Puertos”, editado por la multinacional CBS en 1986, Yorio nos trae una sonoridad bien pop ochentosa. Allí, encontramos canciones que se convirtieron en verdaderos hits que marcaron una época como “El amor se va” y “En todas partes te veo”.

“¿Es tan caro el precio de la libertad?”

Al año siguiente por el mismo sello se edita “Rodillas”, un álbum con varias canciones de su autoría, entre ellas la que le da título al disco y que con su ritmo pegadizo nos recuerda la importancia de jugar sin pedir permiso.

Maria Rosa canta: “Yo les dije déjenme jugar/ ¿es tan caro el precio de la libertad? (…) Juego sucio dicen por ahí/ pero hasta el amor empieza por jugar/ Y no pagues ni un peso más/ ese caro precio de la libertad”.

María Rosa siglo XXI

El nuevo milienio traería otros desafíos artísticos para la cantautora. En 2002, nace “Asesina serial”, un repertorio de improvisaciones con el pianista Abel Rogantini que permanece inédito.

En cambio, sus dos primeros discos solistas “Con los ojos cerrados” y “Mandando todo a Singapur” fueron remasterizados y reeditados en formato CD gracias a que el Instituto Nacional de la Música (Inamu), a través de la gestión de Celsa Mel Gowland y Diego Boris Macciocco, hizo posible que María Rosa recuperara los derechos de su obra.

A partir de esa restitución, la artista pudo, asimismo, subir su música a las plataformas de streaming sin restricciones. Además de hacer música, María Rosa escribió su autobiografía “Asesínenme. Rock y feminismo en los años ’70” donde da cuenta en primera persona de las dificultades que tenían las mujeres para abrirse paso en el mundo del rock.

Yorio siempre vigente Prensa
Yorio, siempre vigente. (Prensa)

“Yo no quiero ser pionera para que me pongan dentro de un cajón, porque no me gusta que me relacionen con una época y que soy sólo de ahí”. En su presente, María Rosa Yorio mantiene viva la usina de la creación con una serie de temas nuevos que va lanzando en formato de simples y que van delineando lo que será su nueva producción discográfica que tendrá por título “Las mías y un jazmín”; canciones como “Y las aves vuelan”, “El sol y la luna”, “Beepolar”, “Como el agua de un río”, “Caminos nuevos” y su simple más reciente, “Antes de gira”. Música que ya podemos disfrutar en plataformas o en sus shows en vivo como el que dará en el teatro bar Café la humedad este próximo 10 de agosto.

Hubo un tiempo que fue hermoso, y lo sigue siendo hoy.





Source link