‘Los argentinos sabemos agarrar música que nos gusta y hacerla nuestra’

Publicado: 24 / 11 /2023


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Foto: Prensa.

Tatool, músico y productor musical argentino recientemente nominado a los Grammy Latinos por su aporte en “Alma” de Nicki Nicole, destacó que la escena argentina supo “agarrar géneros, sin importar de dónde vengan” para “hacerla nuestra”, al reflexionar sobre el éxito de los artistas nacionales en el mapa musical urbano latino.

En diálogo con Télam, el músico y productor Santiago Ruiz opinó que el empuje de los artistas locales “sigue creciendo” en base a acoplarse a ritmos foráneos como el rap y el reggaetón pero imprimiéndole una estampa bien argentina. Es la mirada del joven detrás de los beats, la producción y la construcción conceptual de artistas como Trueno y Nicki Nicole.

Por su labor junto al rapero oriundo de La Boca, con quien trabaja codo a codo desde su primer álbum “Atrevido”, pasando por el galardonado “Bien o mal” y ahora en la puesta a punto de una placa aún inédita, Tatool pasó al primer plano en una extensa nómina de productores argentinos que están configurando el sonido de una época.

De la mano de “Alma”, el segundo disco de la rosarina, regresó este año a los Grammy Latinos para competir como “Mejor Disco del Año” y “Mejor Canción de Rap/Hip Hop” por “Dispara”, categoría en la que ya había sido nominado en la edición anterior por “Dance Crip”, corte de difusión del álbum que lo coronó a nivel nacional junto a Trueno y su colega productor Brian Taylor con el “Gardel de Oro”.

“Siempre está bueno que te nominen y están las ganas de ganarlo por Argentina más que nada, pero me gusta porque puedo viajar y encontrarme con otros colegas, muchos amigos de España y Estados Unidos”, sostuvo Ruiz, en una larga charla que giró en torno a su camino como productor musical y ejecutivo y a una cosecha que se mide para él “no tanto en reproducciones” sino en “reconocimiento”.

“Desde ese lado a mí me llena mucho más más allá de los números. El reconocimiento de los colegas es hermoso porque ellos entienden al cien por ciento lo que estás haciendo y todo lo que conlleva. En el disco ‘Bien o mal’, donde hay cruces espectaculares con Nathy Peluso (‘Argentina’) y Víctor Heredia (‘Tierra Zanta’), ella como representante del país en el exterior y él por lo que representa para las raíces de nuestra cultura. Tratamos de tener todos los matices que pudimos de ‘argentinidad for export’ y creo que se logró y se entendió muy bien”, sostuvo.

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Desde su “perspectiva”, dijo que un artista puede “darle a la gente un momento de diversión para que vayan al boliche, porque es igual de válido” que cualquier otra propuesta, pero su misión es acompañar “otra búsqueda” que nace a partir de lo que el artista y su equipo quieren “transmitir” en ese momento porque “queda todo más redondito y después cuando le llega a la gente lo recibe de esa forma y lo entiende más“.

– ¿Cómo fue ese año sabático entre que terminaste la facultad y te propusiste probarte en el mundo de la música? ¿Cuál fue tu enfoque para poder hacerlo posible?
– Siempre digo que el mejor halago que me pueden decir en esta industria es que soy un nerd, porque para mí el nerd es el apasionado del saber, al que le gusta saber por saber. A mí siempre me gustó la economía, los números y todo eso, pero sentía que la música me llamaba mucho. Quería saber cómo se hacían las cosas, las canciones, la creatividad. Me enamoró mucho todo eso, el crear y el hacer. Empecé a decirme que estaba dispuesto a hacer lo imposible para dedicarme a esto: hice todo lo que pude, siendo realista también, pero aprovechando hasta la más mínima oportunidad, aunque no se tratara de hacer música. Empecé trabajando en eventos. A los chicos que me presentaron a Trueno los conocí en un evento en Pilar, donde mi rol era clavar las estacas del estacionamiento. Nunca sabés por dónde viene la cosa.

– ¿Por qué entendiste que, además de ser productor musical, tenías que asumir la producción ejecutiva de los artistas con los que trabajabas?
– Me pasó que también los artistas me lo pedían. Es algo que me gusta y que se fue dando así hasta que, de repente, colegas míos de afuera que hacen este tipo de trabajos me dijeron que lo que yo estaba haciendo era producción ejecutiva porque estaba en todo, en el nombre, en los colores, en la música y pasaba todo el día con los artistas pensando el proyecto. Primero lo hice y después descubrí qué era. Estuvo bueno pensar que era algo normal y que todo el mundo lo hacía, aunque después me di cuenta de que era algo que yo le estaba agregando al trabajo.

– Esa curiosidad se encontró en tu caso con posibilidades tecnológicas al servicio de la creación musical.
– Sí, trato de ir siempre a dar charlas a lugares porque me parece súper importante remarcar esto de la democratización de la música, un tema que a veces hablo con algunos colegas. La igualdad de oportunidades es clave porque más que nunca depende de cada uno. También hay más competencia y contenidos, pero depende de cada uno hasta dónde está dispuesto a llegar por el saber y hasta dónde experimentar para buscar una identidad propia y generar un nuevo metro cuadrado. Dentro de la democratización de la música, que es hermosa, está el “auto-tune” que vino a “democratizar” el canto y a potenciar la intuición. Estamos en un momento en el que la música viene muy del sentir, más allá del conocimiento técnico que tenga cada uno. Se trata de estar en casa aprendiendo: yo mismo soy adicto a los tutoriales de YouTube.

– ¿Cuál es tu mirada sobre el “sampling” y esta posibilidad que da para resignificar tanto sonidos como músicas? ¿Y cómo se conecta con tu camino con Trueno, con quien ahora mismo están de algún modo rescatando las raíces originarias del rap con temas como “Tranky Funky” y “OHH BABY”, que evocan tanto al funk como a la música disco?
– Sí, es un poco lo que nos gusta hacer con el Truenito. Nos dimos cuenta de que somos muy vanguardistas en lo que respecta al hip-hop latino y mundial, entonces queríamos hacer énfasis en esto que también nos sale naturalmente. En esa búsqueda dentro del hip-hop, te encontrás con diferentes géneros quizás más universales que el rap hizo propios a través del “sampling”, las baterías, cambiando su composición y quizás sus estructuras. Me parece súper divertido porque el hip-hop te pone a estudiar bastante; para abordar cada género tenés que saber qué es lo que estás haciendo para sonar como vos querés. Ahí está el costado nerd de querer saber más. Sin “spoilear” cosas que no puedo, el concepto del nuevo disco es reivindicar todos los géneros que fueron pasando por el hip-hop, tratando de traerlos a la actualidad en el contexto actual del rap en español. Géneros hay un montón y está bueno que se note que sacamos un funky, un disco, y después otro género, pero todos están bajo el paraguas del hip-hop y ese es el concepto de lo que se viene.

– Siguen emergiendo talentos nuevos y surgiendo nuevas sociedades que ponen a la escena argentina en el plano internacional. ¿Cuál pensás que es el diferencial de nuestra escena dentro del mapa musical urbano?
– El otro día me pasó algo muy loco porque pienso en eso muy seguido y me cuesta a veces respondérmelo pero me tocó trabajar con un productor de Suecia muy bueno que trabaja con Max Martin, que es un productor muy groso a nivel mundial, y me tiró una perspectiva que yo nunca había visto. Me dijo “Argentina me hace acordar mucho a Suecia, porque agarran géneros de otros lugares pero los hacen propios”. Ya sea con el trap, el reggaetón, o el rap. Yo obviamente también trato en mis producciones de agarrar cosas de Argentina y hacerlas propias pero creo que lo que nos representa es un poco eso. Agarrar géneros, sin importar de dónde vengan, simplemente música que nos gusta y hacerla nuestra. Y creo que eso está funcionando y seguimos creciendo en base a eso.

Tatool, el cruce entre Trueno y Cypress Hill y el descubrimiento de Milo J

El camino trajo “sorpresas” para Tatool que, además de darse el gusto de grabar a leyendas del hip-hop como Cypress Hill en el remix de “Fuck el Police” de Trueno, detectó justo a tiempo a una de las revelaciones más explosivas del último tiempo de la escena local como Milo J, al que reclutó como invitado para “Alma”, el último disco de Nicki Nicole.

Santiago Ruiz compartió su experiencia al lado de “una joyita” como el artista nacido en Morón en “Dispara”, la alianza con la rosarina que le valió su tercera nominación a los Grammy Latinos, o colaborar con una de las agrupaciones que sacó el rap de Estados Unidos para diseminarlo por América Latina.

“Lo de Cypress Hill fue una sorpresa; de repente un día aparecieron los pibes diciendo que querían hacer algo con nosotros. Sentíamos que esa canción representaba muy bien esa alianza, así que se la propusimos y se re coparon. Para mí fue como un ‘tick’ en el currículum que no me esperaba. Yo los escuché mucho, entonces esto es como un mimo a la carrera”, señaló.

“Conocerlos fue una enseñanza porque pude ver cómo trabajaban. Al final, cada vez que trabajás con un ídolo es ‘che, somos todos iguales’. Cada uno con lo suyo, sin ningún truquito mágico, más que simplemente ser lo que sos”, apuntó.

“En el caso de Milo J, yo ya lo tenía fichado. Yo sabía que era y es muy groso, incluso lo supe desde mucho antes quizás que el conocimiento popular. Tenía amigos que trabajaban con él, como uno de los chicos que trabaja en el equipo técnico de Trueno y que lo estuvo grabando a Milo ahí en Morón. Un día me dice ‘che, estoy grabando a este pibe’. Me mostró unas maquetas y dije ‘este pibe es una joya, no sé quién es pero es una locura’, Desde mi lado trato de aportar lo que pueda y lo que sé a una joyita como él que es el primer artista que creció viéndonos y escuchándonos a nosotros. Es por eso que absorbe lo mejor. Si agarrás una licuadora y los metés a todos, sale Milo J”, contó.





Fuente: TELAM