Optimismo en el Senasa de cara a la reapertura de exportaciones avícolas

Publicado: 04 / 03 /2023


Vuelven las exportaciones tras la gripe aviar Foto Archivo
Vuelven las exportaciones tras la gripe aviar. Foto: Archivo.

Tras la detección del primer caso positivo de influenza aviar en aves de corral esta semana y la autosuspensión de las exportaciones, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) junto con la Cancillería se encuentran gestionando la reapertura de las envíos al exterior, y Rodolfo Acerbi, vicepresidente del organismo, estimó que esto llevará un plazo de entre “90 días y seis meses”.

Hasta el viernes, el Senasa analizó más de 200 notificaciones, de las cuales se detectaron 33 casos positivos. Únicamente dos -uno en Río Negro y otro en Buenos Aires- correspondieron a aves del sector comercial, mientras que los demás se tratan de animales silvestres o de traspatio.

“Las fechas que uno da, siempre partiendo del optimismo, son entre 90 días y seis meses”, afirmó el vicepresidente del Senasa, Rodolfo Acerbi en una entrevista con Télam respecto de la reapertura de las exportaciones.

Esta semana, siguiendo normativas internacionales de la OMSA para las enfermedades infecciosas, el Senasa dispuso autosuspender la exportación de productos aviares tras detectarse el primer caso positivo

El funcionario y médico veterinario indicó que esto dependerá fundamentalmente de dos factores: la respuesta de los mercados y la readecuación de los contratos vigentes; y un escenario bajo control del virus.

“Un escenario con una enfermedad con pocos casos o controlada en el ámbito de traspatio y aves silvestres ayuda mucho más a acelerar cualquier restauración de exportaciones”, explicó y agregó: “No es lo mismo tener casos de traspatio todos los días o hablar de una epidemia marcada donde será difícil de negociar”.

La mayoría de los contratos vigentes – puntualizó- “comienzan diciendo que el país es libre de influenza, condición que hemos perdido momentáneamente”.

Esta semana, siguiendo normativas internacionales de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) para las enfermedades infecciosas, el Senasa dispuso autosuspender la exportación de productos aviares tras detectarse el primer caso positivo.

Acerbi explicó que para recuperar el status de “libre de enfermedad” requerirá al menos dos periodos de incubación (28 días) sin casos en aves comerciales y otros requisitos de muestreos que garanticen la falta de circulación.

Hasta lograr de nuevo dicha certificación será clave la negociación país por país para reanudar total o parcialmente los envíos a los países compradores, readecuando los contratos.

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Una de las formas es lograr certificaciones sanitarias parciales, es decir, específicas por establecimientos o zonas del país en las cuales se pudo contener la transmisión del virus, el cual, de todos modos, no se contagia a través del consumo de carne aviar o de huevos.

Acerbi indicó que, por ejemplo, “algunos países africanos no exigen los certificados de libre enfermedad y solicitan que en los últimos 90 días la granja no haya tenido problemas de enfermedades infecciosas y que a 10 kilómetros de las mismas no se hayan registrado casos en los últimos 12 meses de influenza”.

“Junto con la Cancillería estamos trabajando con todos los bloques que nos compran productos, especialmente el sudafricano, el chileno, el chino y el de la Unión Europea a los efectos de avanzar rápidamente en nuevos acuerdos que nos permitan exportar”, indicó.

Si bien se aspira a que el país recupere el estatus de “libre enfermedad”, el cual es considerado como un “valor agregado” en un mercado competitivo como el avícola, Acerbi consideró que es “probable” que el escenario del virus se vuelva a repetir el próximo año con el nuevo ciclo de migratorio de aves.

“Debemos ser inteligentes y buscar una forma por la cual podemos dar garantías zonales, por ejemplo, granja por granja y 10 kilómetros a sus alrededores, y explicar que hay un plan de vigilancia activo para llevar confianza y tranquilidad a los países compradores”, precisó.

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Otro eje que tendrá el Senasa será comenzar por restaurar las exportaciones en los ovoproductos – especialmente en los que tengan procesos de pasteurización-.

Japón, país que había suspendido de forma unilateral las importaciones antes de la detección de casos positivos en aves comerciales, anunció este jueves la reapertura de estos ovoproductos tras realizar gestiones entre el Senasa y la embajada de ese país.

“Este es el procedimiento que estamos haciendo con todos los países. Despejar los más fáciles que son los (productos) térmicos y después ver los demás”, agregó el vicepresidente del Senasa.

Más allá de lo estrictamente sanitario, lo comercial también jugará un papel: “Si el producto es muy demandado y requerido en el país importador siempre las autoridades tienen una predisposición distinta a si no lo es o es competidor con la producción nacional”, subrayó.

“En el sudeste asiático, por ejemplo, hay un interés por las garras de pollo que en Sudamérica y Argentina generalmente no se consumen. Hay un interés marcado para que ese producto llegue y puede que lleguemos a un acuerdo para que rápidamente vuelva a comercializarse bajo ciertas pautas de bioseguridad”, indicó Acerbi.

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Argentina exporta 17% de su producción avícola (en 2022, el país exportó US$ 421 millones en carne y huevos) con el 80% de la misma con destino a China, Arabia Saudita, Europa, Sudáfrica y Chile.

El resto de la producción, en tanto, se destina al mercado interno, el cual sigue los mismos requisitos de bioseguridad que los existentes para las exportaciones.

En el caso de Chile, el Senasa tuvo reuniones este jueves con el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) chileno apuntando al reinicio de los envíos de productos aviares.

Asimismo, la semana que viene se desarrollará en Argentina la reunión ordinaria del Comité Veterinario Permanente (CVP) donde el organismo mantendrá reuniones bilaterales con los países compradores.

“El Senasa no solamente comparte la preocupación de los productores sino que redobla los esfuerzos para que acabe y volver a darle la posibilidad de exportar parcial o totalmente porque la mayoría de las empresas líderes tiene un porcentaje (de exportación) de entre 20% y 40% que lo han venido desarrollando durante mucho tiempo ganando mercados”, enfatizó el funcionario del organismo.

Gripe Aviar: radiografía de la enfermedad

La influenza aviar altamente patógena (IAAP) H5 es una variante que afecta gravemente a las aves y puede causarles la muerte.

En los últimos dos años, la enfermedad se expandió en Japón y Europa, y, entre los países del continente americano, además de Argentina ya se detectaron casos en Bolivia, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Perú, Venezuela y Uruguay.

El virus se transmite especialmente entre aves. Las infecciones en los humanos son menos frecuentes -sólo hubo 868 casos entre enero de 2003 y noviembre de 2022 en todo el mundo- y no se disemina fácilmente de persona a persona, según indicó la Organización Mundial de la Salud.

Sin embargo, se establecieron rígidas medidas en los sectores sanitario y comercial frente al mismo ya que, como toda influenza, puede mutar y modificarse tanto su peligrosidad como su transmisibilidad.

En el caso de los humanos, por lo general, el foco de contagio es el contacto con un ave enferma viva o muerta o a través de superficies contaminadas con saliva, mucosa o heces de aves. En ningún caso se transmite a través del consumo de carne, huevos y sus subproductos.

Según las recomendaciones del Ministerio de Salud, las medidas de cuidado fundamentales son el lavado frecuente de manos con agua y jabón o el uso de desinfectantes a base alcohol.

Además se debe evitar el contacto con aves silvestres, especialmente si estas están muertas o aparentan estar enfermas.

“Los síntomas en las aves son muy simples. La muerte es uno, y otros son la incapacidad de volar, el aislamiento porque las aves de laguna generalmente conviven en grupos importantes, y que no vuele cuando un hombre se le acerque”, indicó Rodolfo Acerbi, vicepresidente del Senasa a Télam.

En el caso de sospecharse estos signos clínicos y fisiológicos o hallarse aves muertas, el Senasa solicitó notificar el hecho concurriendo a cualquiera de sus oficinas; por medio de la aplicación “Notificaciones Senasa” o enviando un mail a notificaciones@senasa.gob.ar.

Del mismo modo se puede ingresar al apartado “Avisa al Senasa” de su página web (www.argentina.gob.ar/senasa/formulario-avisa-al-senasa) o enviar un mensaje al WhatsApp 11-5700-5704.

El Senasa encara tareas de control y concientización para evitar mayor transmisión

El Senasa desplegó un amplio operativo de control y concientización respecto de la influenza aviar, con el objetivo de restaurar las exportaciones comerciales.

Buscando frenar la transmisión de la enfermedad entre las aves y para evitar una mayor penetración de la misma en el circuito comercial, el Senasa desplegó operativos de control y capacitaciones en todo el país, reforzando entre los productores de las granjas las medidas de manejo, higiene y bioseguridad.

En el caso de las granjas, se les pide especialmente limitar el acceso de vehículos y personas ajenas, aislar a las aves de otras silvestres con mallas antipájaros, controlar insectos y roedores, desinfectar las instalaciones y cuidar el manejo de desechos.

También se recomienda colocar elementos que contribuyan a disipar a las aves silvestres, como espantapájaros, y, en lo posible, utilizar ropa y calzado exclusivos a la hora de trabajar con las aves.

Tanto en los establecimientos como fuera de ellos, se aconseja evitar tener a las aves en libertad -dejándolas en gallineros con un espacio adecuado-, especialmente si hay espejos de agua cercanos.

En los últimos meses, el Senasa -indicó Rodolfo Acerbi, vicepresidente del organismo- trabajó en facilitar la comunicación de estas medidas, que están especificadas en la Resolución 1699/2019 del organismo.

“La bioseguridad en general es buena a nivel mundial pero este virus es extremadamente agresivo y ante cualquier mínima fisura, gana espacio y entra”, explicó Acerbi, y subrayó que “el virus no aparece de la nada sino porque alguien lo trasladó ya sea un ave o una persona con sus vehículos, ropa o manos”.

En el caso de las granjas comerciales, cada una posee un médico veterinario que está capacitado por el Senasa y “es responsable junto al granjero en lo sanitario y en la bioseguridad”.

Ante la detección de casos en aves comerciales o de traspatio, se procede, además del sacrificio de los animales a través de un entierro o incineración reglamentada, con una profunda limpieza y desinfección de todo el establecimiento. Tras ello, luego de un mes, el Senasa realiza un muestreo y allí analiza si autoriza o no repoblar el lugar.

Además de ello – explicó Acerbi- se fijan dos anillos alrededor de la granja: una zona de foco en los tres kilómetros alrededor de la misma y otra de vigilancia en los 10 kilómetros contiguos.

En ella se realiza un censo total de las aves y granjas, controlando el tránsito de personas y vehículos, implementando medidas de bioseguridad y limpieza reforzadas y prohibiendo el ingreso de nuevas aves.

Fuera de las granjas, en el caso de las aves silvestres, el Senasa encara un trabajo de coordinación con los guardaparques y la utilización de drones, para verificar la presencia de aves muertas flotando en los espejos de agua y en sus orillas, o de ejemplares con síntomas como hinchazón, incoordinación o respiración dificultosa.





Fuente: TELAM