Un video publicitario para el mercado mundial pone en foco el patrimonio urbano porteño

Publicado: 17 / 03 /2023


Todo transcurre en veredas y cruces muy reconocibles caras al peatn local Foto captura de pantalla
Todo transcurre en veredas y cruces muy reconocibles, caras al peatón local. Foto: captura de pantalla.

“Qué bueno es ser turista en Buenos Aires/ Mirar las cosas por primera vez” cantaba Hilda Lizarazu allá por 1988. Y hoy sigue siendo bueno, según dan cuenta la enormidad de películas, documentales y comerciales publicitarios que se graban en los innumerables escenarios naturales y urbanos de la Argentina.
Es el caso de las calles porteñas, grabadas en un video que la marca Apple filmó recientemente en el microcentro y levantó revuelo pos múltiples razones.

El comercial más reciente que recorre la agitación porteña.

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La pieza audiovisual resulta, desde el punto de vista estético, deslumbrante y seductora: sobre una banda de sonido que reversiona “Where is my mind  –un himno de la banda bostoniana “Pixies”–  vemos secuencias surrealistas e hiperurbanas: autos voladores, martillos neumáticos que se desprenden del asfalto con sus operarios trabajando, un desfile circense que se eleva al cielo.

Todo transcurre en veredas y cruces muy reconocibles, caras al peatón local.

El comercial en cuestin promociona un tipo de auricular que cancela el ruido externo Foto captura de pantalla
El comercial en cuestión promociona un tipo de auricular que cancela el ruido externo. Foto: captura de pantalla.

Sin embargo –oh sorpresa– los nombres de calles que conjugan emblemáticas esquinas como Av. Julio A. Roca y Perú se ven –retoque digital mediante– modificados, por ejemplo, por los foráneos apelativos “Garrick” y “Carlyle”. Otro tanto ocurre con los colectivos: un clásico 102 rojo lleva en cambio un cartel que anuncia recorrido por la para nosotros ignota “Carlyle St.” mientras un taxi que pasa no ostenta el tradicional techo negro rioplatense: reluce cien por ciento amarillo, emulando el “Yellow cab” neoyorkino.

La miscelánea, en suma, intensifica el surrealismo general al mezclarnos la cúpula del palacio Bencich, autos volantes que la rozan y una esquina porteñísima con señalética sajona. Lo cual despertó, más allá del absurdo, algunas críticas indignadas en las redes sociales por parte de quienes consideraron estas “intervenciones” un atropello globalizador impuesto por la empresa de la manzanita.

El calidoscpico territorio nacional es un cuerpo con alma su memoria extensa natural y urbana sigue sorprendiendo Foto captura de pantalla
El calidoscópico territorio nacional, es un cuerpo con alma; su memoria extensa, natural y urbana, sigue sorprendiendo. Foto: captura de pantalla.

El comercial en cuestión promociona un tipo de auricular que cancela el ruido externo y juega con la situación en la cual la protagonista activa y desactiva esa función dando paso al estruendo urbano.

Las mismas voces airadas reprochan que la marca tampoco tiene fábricas en nuestro país y que los usuarios argentinos “tienen que usar teléfonos con 2 a 5 años de atraso comparado con el resto del planeta”.

Al margen del legítimo debate, resulta destacable la universalidad de las locaciones argentinas, cada día más requeridas para mostrar, tanto nuestras expansivas metrópolis como nuestros avasallantes monumentos naturales: Andes, cataratas, esteros, desiertos, costas.

locaciones argentinas cada da ms requeridas para mostrar Foto captura de pantalla
locaciones argentinas, cada día más requeridas para mostrar. Foto: captura de pantalla.

Argentina como escenario

Desde el rodaje de Evita que Alan Parker exigió hacer aquí a la más reciente Focus (2015) con Will Smith, también filmada parcialmente en el microcentro porteño, pasando por los Siete años en el Tibet “mendocino”; El Renacido, con Di Caprio sobreviviendo a ataques osunos en nuestra Tierra del Fuego, la multipremiada La Misión con De Niro y Jeremy Irons  y hasta  Indiana Jones, en la selvática Mesopotamia, nuestro país brilla por dentro y por fuera.

El calidoscópico territorio nacional, es un cuerpo con alma; su memoria extensa, natural y urbana, sigue sorprendiendo, seduciendo. Convocando a ojos extranjeros con la misma intensidad que despiertan nuestras personalidades en el mundo.

Finalmente, también nuestro espacio es una cuestión de identidades e identidad: ese patrimonio inagotable que define a la Argentina.





Fuente: TELAM